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Desafíos de Telefónica en el crecimiento y la deuda

Telefónica se encuentra en una encrucijada financiera que podría definir su futuro inmediato. La empresa, que busca expandir sus operaciones en Europa, también debe cuidar de no comprometer su grado de inversión. Con una calificación crediticia rozando el límite, los analistas advierten que la situación es crítica y podría requerir decisiones importantes en los próximos meses.

¿Cómo afectará esto a los inversores y a la estrategia de crecimiento de la compañía?

Un año agridulce en el mercado bursátil

A pesar de que Telefónica se encamina hacia uno de sus mejores años en bolsa desde 2019, el panorama no es del todo positivo. Este jueves, la acción de la empresa cayó un 2,6%, su mayor descenso en dos meses. Este tropiezo coincidió con advertencias de expertos sobre el dilema financiero que enfrenta la compañía, liderada por Marc Murtra. La posibilidad de una ampliación de capital, que ya se rumorea desde abril, está sobre la mesa. ¿Qué significa esto para el futuro de la empresa y sus accionistas?

La compañía intenta avanzar en dos frentes: crecer en el mercado europeo y, al mismo tiempo, proteger la calificación de sus bonos. Sin embargo, estos objetivos parecen estar en conflicto. Actualmente, Telefónica mantiene un rating BBB-, el último escalón antes de perder su grado de inversión. Según analistas de Bloomberg Intelligence, “gestionar ambas prioridades será complicado, lo que aumenta el riesgo de tropiezos en la historia crediticia de la compañía”.

Inversiones y adquisiciones: una doble espada

En los últimos años, Telefónica no ha dudado en realizar adquisiciones significativas, como la compra de activos de Oi en Brasil en 2022 y la adquisición de minoritarios en Telefónica Deutschland este año. Recientemente, se ha mencionado también un posible interés en adquirir la participación de Virgin Media en la joint venture VM O2 en el Reino Unido. Pero, ¿es esta estrategia realmente sostenible?

Sin embargo, la búsqueda de crecimiento en sectores estratégicos, como el de la defensa, también plantea interrogantes sobre la prudencia financiera de la empresa. A pesar de un discurso oficial que aboga por la cautela, la compañía ha superado sus objetivos de apalancamiento. Según Bloomberg Intelligence, “la predisposición de Telefónica a gastar en adquisiciones mina la confianza en el discurso de la dirección sobre la reducción de la deuda”.

Desafíos en el mercado brasileño y en España

Uno de los principales retos para Telefónica es la evolución de su negocio en Brasil. Aunque la compañía reportó un aumento del 8% en su EBITDA en los últimos resultados trimestrales, este incremento se vio contrarrestado por una caída del 5% en euros, resultado de la volatilidad cambiaria. Los analistas sugieren que este impacto podría ser temporal y que la situación podría mejorar en la segunda mitad del año. ¿Podría Brasil ser la salvación financiera que Telefónica necesita?

En el mercado español, la situación es igualmente compleja. La reducción de los flujos de caja genera inquietud, especialmente considerando que España sigue siendo la base del grupo. La reciente fusión entre Orange y MásMóvil podría no traer beneficios significativos para Telefónica, a pesar de las condiciones impuestas por las autoridades regulatorias. ¿Cómo se adaptará Telefónica a este nuevo panorama?

En este contexto, Telefónica confía en que el capital circulante y los ingresos provenientes de desinversiones en Latinoamérica puedan ayudar a su situación financiera en la segunda mitad del año. Sin embargo, los expertos advierten que el margen de maniobra de las agencias de calificación se está agotando, y que es crucial que la compañía tome medidas “proactivas” para reducir su apalancamiento. ¿Qué pasos tomará Telefónica para asegurar su futuro?