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El producto interior bruto (PIB) de China creció un 1,1% en el segundo trimestre de 2025 en comparación con el trimestre anterior. Aunque esta cifra muestra una ligera caída respecto al 1,2% registrado entre enero y marzo, ¡sorpresa! supera las expectativas de los analistas, quienes preveían un frenazo más pronunciado, estimando un crecimiento del 0,9% intertrimestral.
Esta evolución resalta la resiliencia de la economía china, incluso en medio de un entorno global complicado.
Análisis del crecimiento interanual
En términos interanuales, la segunda mayor economía del mundo experimentó un crecimiento del 5,2% en el segundo trimestre de 2025. Esto representa una leve disminución respecto al 5,4% alcanzado en el primer trimestre. Según los datos oficiales de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el PIB chino alcanzó unos 66,05 billones de yuanes (9,22 billones de dólares, 7,9 billones de euros) durante la primera mitad del año, lo que se traduce en un crecimiento del 5,3% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este crecimiento se distribuye en los sectores primario, secundario y terciario, que crecieron un 3,7%, 5,3% y 5,5%, respectivamente.
Pero eso no es todo. La ONE también compartió otros datos relevantes de junio que nos dan un panorama más claro de la economía china. La producción industrial aumentó un 6,8% interanual, y las ventas minoristas crecieron un 4,8%. Sin embargo, hay un dato preocupante: la tasa oficial de desempleo en áreas urbanas se mantuvo en el 5%. Esto indica que, aunque hay crecimiento, aún persisten desafíos significativos en el mercado laboral. ¿Qué significa esto para los jóvenes que buscan empleo?
Factores de incertidumbre económica
A pesar de los resultados positivos, la ONE advirtió sobre los numerosos factores inestables e inciertos que afectan a la economía. La guerra comercial con Estados Unidos sigue siendo un tema candente, especialmente después de que el presidente Donald Trump iniciara una escalada arancelaria que culminó en un embargo comercial de facto entre las dos naciones. Aunque a mediados de mayo se acordó una tregua comercial de 90 días que permitió reducir algunos aranceles, las tensiones siguen latentes. ¿Hasta cuándo durará esta calma?
Y no solo eso, China también enfrenta retos internos que podrían afectar su crecimiento. La caída de la demanda interna y una prolongada crisis inmobiliaria son preocupaciones serias, junto con el riesgo de deflación y problemas de deuda en las administraciones locales. Zichun Huang, analista de Capital Economics, advierte que las cifras oficiales podrían exagerar la fortaleza del crecimiento y prevé un crecimiento más bajo para los próximos meses. ¿Será que la realidad es más dura de lo que parece?
Perspectivas futuras y conclusiones
Las perspectivas económicas para el resto del año son complejas. Con los aranceles en niveles altos y la munición fiscal ya agotada, se espera que el crecimiento se desacelere aún más en la segunda mitad de 2025. Louise Loo de Oxford Economics señala que, aunque el crecimiento del primer semestre se atribuye a la resistencia de las exportaciones, esto ha generado presiones deflacionistas significativas. ¿Estamos ante una tormenta perfecta?
En resumen, aunque los datos del PIB de China muestran un crecimiento, la economía se enfrenta a un panorama complicado y lleno de desafíos. Con metas de crecimiento del 5% establecidas por Pekín, la presión para cumplir con estos objetivos podría llevar a medidas que no reflejen la realidad del mercado. La situación requiere atención continua de analistas y responsables de políticas, mientras el país navega por un entorno económico global incierto. ¿Qué estrategias adoptarán para sortear estos obstáculos?
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