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Telefónica muestra resultados mixtos en su último trimestre

Las acciones de Telefónica han experimentado una montaña rusa tras la publicación de sus resultados trimestrales. Con caídas que rondaron el 2%, la compañía finalmente mostró ligeros avances. Lo curioso es que estos resultados se vieron influenciados por ventas en Perú y Argentina, lo que distorsionó las cifras de ingresos y EBITDA de sus operaciones continuadas, dejando a muchos analistas con más preguntas que respuestas.

Resultados contables y ajustes significativos

En el informe, Telefónica reportó pérdidas de 1.731 millones de euros, que, aunque alarman a primera vista, en realidad corresponden a un ajuste contable. Este tipo de ajustes son comunes en la industria, especialmente cuando se realizan grandes desinversiones. La mayoría de los analistas no se mostraron preocupados, ya que estas pérdidas eran esperadas. Sin embargo, el beneficio neto de las operaciones continuadas fue de 427 millones de euros, un poquito por debajo de lo que el consenso esperaba, que era 452 millones.

Es interesante notar cómo el mercado reacciona ante estos números. Cuando recuerdo mis primeros días en el análisis financiero, me sorprendía lo rápido que los inversores podían cambiar de opinión sobre una acción basado en un solo informe. Pero, volviendo a Telefónica, la situación actual muestra un crecimiento orgánico que, aunque positivo, no es suficiente para convencer a todos. Elena Fernández-Trapiella, analista en Bankinter, subrayó que, aunque los ingresos y el EBITDA se mantienen en terreno positivo, no alcanzan las expectativas del mercado.

Desempeño por regiones y desafíos a futuro

En términos de ingresos, la compañía tuvo un ligero aumento, pero que ha perdido tracción con respecto al último trimestre del año pasado, cayendo de un 5,4% a un 1,3%. El EBITDA, por su parte, apenas se recuperó de una tasa negativa del 0,1% a un 0,6%. La preocupación radica en que un crecimiento del 1% podría parecer saludable, pero se enfrenta al reto de un aumento de costes que podría afectar la rentabilidad. Y, ¿quién no ha sentido ese dilema en su propio trabajo? Es un juego de equilibrio constante.

Por otro lado, los analistas de XTB señalaron que Telefónica necesita urgentemente encontrar nuevas fuentes de crecimiento para captar la atención de los inversores. En el contexto actual, donde la competencia es feroz, esto se convierte en una tarea aún más compleja. Sin embargo, no todo son malas noticias. En Brasil, el escenario parece más prometedor, con un aumento del 6,2% en los ingresos en moneda local. El único inconveniente es la depreciación del real, que ha convertido este aumento en una caída del 7,2% en términos reportados.

El panorama en España y futuros dividendos

En casa, España ha mantenido un crecimiento positivo, registrando un EBITDA en aumento durante seis trimestres consecutivos. Esto se debe a las subidas de precios implementadas en enero y a la reducción de costes en plantilla y alquileres. Este mercado es crucial para Telefónica, representando el 31% de los ingresos y el 35% del EBITDA. Con los planes de ahorro en marcha, se espera que continúe mostrando progresión.

Un aspecto que no se puede pasar por alto es el compromiso de Telefónica de repartir un dividendo de 0,30 euros por acción, lo que se traduce en una rentabilidad del 6,8%. Esto es algo que muchos inversores buscan, y, personalmente, creo que es un movimiento estratégico para mantener la confianza del accionista. Sin embargo, no todo es tan sencillo. En la conferencia con analistas, la operadora mencionó su compromiso de alcanzar un flujo de caja estable en 2025, lo que podría verse afectado por la revisión estratégica que se está preparando.

Perspectivas y conclusiones

En definitiva, los resultados de Telefónica reflejan un cuadro mixto. Por un lado, hay luces en el horizonte, pero también sombras que podrían complicar el futuro de la compañía. La presión para optimizar costes y buscar nuevas oportunidades de crecimiento es palpable. Y en este mundo financiero, donde cada detalle cuenta, la capacidad de adaptación de Telefónica será clave para mantener su relevancia. Recuerdo una vez que un colega me dijo: «La clave está en adaptarse o morir». Y parece que, en el caso de Telefónica, esa máxima nunca ha sido tan relevante.