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Dinamarca reconsidera la energía nuclear tras la crisis eléctrica

La reciente crisis energética que afectó a España y Portugal ha tenido repercusiones inesperadas en la política energética de Dinamarca. Después de 40 años de veto a la energía nuclear, el país nórdico se encuentra en una encrucijada que podría marcar un cambio significativo en su enfoque hacia la producción de electricidad.

La primera pregunta que surge es: ¿por qué ahora? Bueno, la situación del 28 de abril, en la que una gran parte de la península ibérica experimentó un apagón, ha sido el catalizador para que Dinamarca revise sus planes energéticos.

Un cambio de rumbo inesperado

Mientras que en España, el presidente Pedro Sánchez criticó la energía nuclear como un obstáculo para restablecer el suministro eléctrico, Dinamarca ha decidido tomar un camino diametralmente opuesto. El gobierno de Mette Frederiksen ha encargado un análisis técnico que podría llevar a la reintroducción de pequeños reactores nucleares, conocidos como SMR.

Este paso no solo es histórico, sino también necesario, considerando la dependencia de Dinamarca de la energía eólica, que representa un 50% de su producción eléctrica.

Recuerdo cuando se hablaba de cómo Dinamarca era un modelo de energía renovable. Pero, como muchos saben, depender únicamente de fuentes renovables puede ser un arma de doble filo.

La inestabilidad que causó la crisis eléctrica en la península ibérica demuestra que diversificar las fuentes de energía es crucial. La experiencia de Dinamarca, con sus interconexiones con Suecia y Noruega, podría ser el camino a seguir para evitar futuros cortes de suministro.

La nuclear en el contexto europeo

La decisión de Dinamarca también refleja un cambio más amplio en Europa. Alemania, tras su decisión de cerrar sus plantas nucleares, se ha visto obligada a aumentar la producción de energía a partir de carbón, una solución que muchos consideran insostenible.

En este sentido, Dinamarca podría convertirse en el último país en unirse a la lista de naciones europeas que están revaluando la energía nuclear como una opción viable. La realidad es que la energía nuclear se está integrando cada vez más en la taxonomía verde de la Unión Europea, lo que significa que los países que la adopten podrían beneficiarse de financiamiento comunitario.

La importancia de los pequeños reactores nucleares

Los SMR, o pequeños reactores modulares, representan una opción atractiva para muchos países. Estos reactores no solo son más seguros, sino que también ofrecen flexibilidad en términos de escalabilidad y costos. En el caso de Dinamarca, la instalación de estos reactores podría ser parte de un multimillonario programa de inversión en infraestructuras que busca modernizar y diversificar su sistema energético.

La situación no es diferente en los países bálticos. Estonia, Letonia y Lituania están considerando la incorporación de SMR en sus redes eléctricas, lo que demuestra que la energía nuclear está volviendo al centro de la conversación energética en Europa. Sin embargo, en España, la postura de Sánchez y sus aliados se mantiene firme contra la nuclear, lo que podría aislar aún más al país en términos energéticos y económicos.

Desafíos para la energía nuclear en España

A pesar del creciente interés en la energía nuclear en Europa, España sigue resistiendo. La crítica de Sánchez hacia la energía nuclear, señalando su supuesta falta de competitividad, es una narrativa que muchos en la industria consideran engañosa. De hecho, gran parte de los costos asociados a la energía nuclear en España provienen de una carga fiscal elevada que ha aumentado un 70% desde 2019. Esto ha creado un ambiente en el que mantener las plantas nucleares en funcionamiento se ha vuelto poco rentable para los propietarios. Como me comentó un amigo en el sector, “si sigues apretando, la tubería terminará por romperse”.

Los datos son reveladores: un análisis reciente sugiere que, en los próximos diez años, el 40% de los costos operativos de las centrales nucleares en España estarán relacionados con impuestos. Esta situación plantea una pregunta crítica: ¿puede España permitirse ignorar el resurgimiento de la energía nuclear en el resto de Europa? La respuesta parece ser no, especialmente si se considera que los precios de la electricidad generada por energía nuclear en Francia son significativamente más bajos que en España.

Conclusiones inciertas

El futuro de la energía nuclear en Europa se presenta como un escenario en constante evolución. Dinamarca, con su reciente decisión de reabrir el debate sobre la energía nuclear, se encuentra al borde de un cambio significativo que podría influir en la política energética de la región. A medida que otros países, como Bélgica, también reconsideran su posición sobre la nuclear, España podría enfrentarse a un dilema: seguir en su isla ideológica o unirse a una tendencia que podría ser clave para su futuro energético y económico. Y, como muchos saben, en política y energía, los tiempos cambian rápidamente.

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Grupo Griñó y su compromiso con la economía circular