Ignacio Rivera, bisnieto del fundador de Hijos de Rivera, ha tomado las riendas del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) y su enfoque es claro: abogar por un mayor entendimiento y colaboración entre el sector privado y el gobierno. En un contexto donde la política y la economía parecen entrelazarse de manera compleja, su papel no solo es relevante, sino crucial para el futuro de las empresas familiares en España.
Recuerdo cuando me encontré con un empresario que, así como Rivera, también buscaba soluciones a la crisis que enfrentaban las empresas locales. La historia de Ignacio es un reflejo de la resiliencia que caracteriza a muchas familias empresariales en el país.
Índice de contenido:
El papel del IEF en la economía española
El IEF, que integra a cien grandes grupos empresariales familiares, busca ser un interlocutor social y económico en el panorama español. Rivera menciona que esta asociación es transversal, abarcando prácticamente todos los sectores de la economía.
Desde Mercadona hasta Acciona, las empresas familiares representan una parte significativa del tejido empresarial español, y su voz debe ser escuchada. La reciente junta del IEF, celebrada en la Bolsa de Madrid, abordó temas críticos como la tensión política y la situación geopolítica internacional.
La inquietud de Rivera es palpable cuando expresa que el país necesita más pactos políticos que asienten las bases para el crecimiento económico.
La urgencia de pactos de Estado
Durante su discurso en la junta, Rivera hizo hincapié en la necesidad de establecer pactos de Estado en temas esenciales.
¿Por qué, se pregunta, un país donde dos tercios de los votos están en manos de solo dos partidos, no puede llegar a acuerdos en materias tan fundamentales como la energía y la competitividad? Esta frustración es compartida por muchos en el sector empresarial.
En mi experiencia, he visto cómo la falta de consenso puede paralizar iniciativas que son vitales para el crecimiento y la sostenibilidad. Rivera, con su mirada esperanzadora, cree que aún hay oportunidades que no deben desperdiciarse, especialmente en el contexto del Mercosur.
Desafíos de la sucesión en las empresas familiares
Uno de los retos más significativos que enfrentan las empresas familiares es la sucesión. Rivera explica que menos del 1% de las empresas familiares en España logra sobrevivir a la tercera generación. Esto es alarmante en un país donde estas empresas contribuyen significativamente al PIB. Con más de mil millones de euros en facturación y una producción de más de 520 millones de litros de cerveza al año, Hijos de Rivera es un ejemplo de cómo las empresas familiares deben adaptarse y evolucionar para sobrevivir. ¿Cómo se logra esto? La respuesta puede estar en el enfoque que se dé a la transmisión de acciones y la fiscalidad que la rodea.
El laberinto fiscal de la empresa familiar
La fiscalidad en la transmisión de acciones es un tema espinoso. Rivera señala que el sistema actual es un laberinto que cambia de una región a otra, lo que complica enormemente la sucesión. En mi opinión, es esencial que se armonice la fiscalidad para facilitar este proceso. La experiencia de Rivera, siendo parte de una familia que ha dirigido la misma empresa por generaciones, le otorga una perspectiva única sobre el tema. Asegura que la empresa rentable, que puede ofrecer dividendos, tiene más posibilidades de sobrevivir a las complicaciones de la sucesión. Sin embargo, también reconoce que encontrar recursos para crecer es un desafío constante.
Mirando hacia el futuro
El futuro de las empresas familiares en España se presenta lleno de retos, pero también de oportunidades. Rivera no descarta la posibilidad de salir a bolsa o incorporar fondos de inversión para Hijos de Rivera, pero deja claro que la familia siempre mantendrá la mayoría. Esta visión a largo plazo es crucial, especialmente cuando se considera cómo las decisiones de hoy impactarán a las futuras generaciones. La necesidad de un enfoque colaborativo entre el gobierno y las empresas familiares no puede ser subestimada. Rivera hace un llamado a la sensatez y a actuar antes de que sea demasiado tarde. ¿Estamos listos para aceptar ese desafío?