El panorama del comercio internacional atraviesa un cambio significativo, y España no es ajena a esta transformación. Un reciente informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE) advierte sobre un posible aumento del proteccionismo en las exportaciones españolas, estimando un incremento del 10% para el año 2025.
Esta situación se ha intensificado en los últimos años debido al crecimiento de las barreras comerciales, las cuales amenazan uno de los motores clave de la economía española: las exportaciones de bienes y servicios.
Desde 2019, los aranceles han aumentado un 13%, mientras que las barreras no arancelarias han crecido un asombroso 45%.
Este contexto plantea un desafío considerable para las empresas españolas que dependen del comercio internacional, especialmente en un momento en el que el escenario global se vuelve cada vez más hostil hacia el libre comercio.
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Impacto en la economía española
El efecto del proteccionismo no se limita a las relaciones comerciales bilaterales; también tiene profundas consecuencias para el producto interno bruto (PIB) de España. A pesar de que la exposición del país a Estados Unidos es relativamente limitada en comparación con otros socios europeos, se estima que las tarifas elevadas podrían restar entre una y dos décimas al PIB en 2025, y hasta cuatro décimas en 2026.
Este panorama podría traducirse en un daño potencial de hasta 9.500 millones de euros en el corto plazo.
Desafíos para sectores específicos
Los sectores más vulnerables son aquellos que están profundamente integrados en las cadenas de valor de Estados Unidos, incluyendo la industria farmacéutica, metalúrgica y de maquinaria.
La incertidumbre generada por estas medidas podría desincentivar la inversión y el crecimiento en estos sectores críticos. Aunque la influencia directa de las políticas estadounidenses puede parecer contenida, el efecto indirecto a través de la economía de la Unión Europea (UE) podría ser igualmente perjudicial.
Consecuencias para la Unión Europea
La situación es aún más alarmante al considerar el impacto en el conjunto de la UE. Se prevé que las medidas proteccionistas de Estados Unidos podrían traducirse en una pérdida de tres décimas de crecimiento en el PIB europeo. Esta proyección podría ser aún más grave si las tensiones comerciales se prolongan o intensifican. La economía europea enfrenta un doble desafío: responder a las políticas arancelarias y lidiar con la desviación de las exportaciones chinas hacia Europa, lo que complica aún más el panorama comercial.
El informe presentado por el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, y el director general, Gregorio Izquierdo, junto con la catedrática de la Universidad Complutense de Madrid, Mara Concepción Latorre, subraya la necesidad de que España y la UE busquen estrategias que mitiguen los efectos del proteccionismo, promoviendo políticas que fortalezcan el comercio y la cooperación internacional.
Adaptación y respuesta del sector empresarial
Ante este panorama, las empresas españolas deben adaptarse rápidamente a las nuevas circunstancias. Esto incluye la búsqueda de nuevos mercados, la diversificación de productos y la optimización de sus cadenas de suministro para minimizar el impacto de los aranceles. La resiliencia y la capacidad de adaptación serán cruciales para enfrentar los retos del futuro y mantener la competitividad en un entorno comercial en constante cambio.
El aumento del proteccionismo en el comercio internacional representa un desafío significativo para la economía española. Las empresas deben estar preparadas para navegar en un entorno incierto, mientras que las políticas de la UE deben enfocarse en proteger y fomentar el comercio abierto para asegurar un crecimiento sostenible en el futuro.
