En los últimos años, Japón ha experimentado un notable aumento en el número de turistas extranjeros, pasando de 6.7 millones en 2005 a una cifra estimada de 37 millones para 2024. Este crecimiento, aunque beneficioso para la economía, ha suscitado preocupaciones sobre el overtourism, una situación en la que el número de visitantes abruma la infraestructura y los recursos locales.
Residentes en destinos populares como Kioto y Osaka han comenzado a expresar su frustración, reflejando sentimientos similares a los escuchados en otras ciudades turísticas del mundo.
Mientras el sol comienza a ponerse sobre la pintoresca Bahía de Sagami, se crea un escenario perfecto para una foto.
Joshua Li, un visitante de Taiwán, se apresura a capturar el momento junto a su prometida, quien ajusta su vestido de novia con la ayuda de un estilista. Rodeados de una multitud de turistas, logran encontrar un espacio para sus fotografías en el famoso cruce de Kamakurakokomae, un fondo querido por los aficionados de la icónica serie de manga Slam Dunk.
El viaje de esta pareja refleja una tendencia más amplia de entusiasmo internacional por la cultura japonesa, especialmente a través del lente del anime y el manga.
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Crecimiento turístico y reacciones locales
Japón promueve activamente el turismo cultural, con iniciativas dirigidas a atraer visitantes internacionales, cuyas repercusiones son cada vez más evidentes.
Aunque el gobierno se ha marcado como objetivo alcanzar 60 millones de turistas anuales para 2030, este propósito genera inquietudes entre los locales sobre la sostenibilidad de tal crecimiento. Ciudades que antes eran tranquilas ahora están repletas de turistas, creando una palpable tensión entre visitantes y residentes.
Beneficios económicos frente al malestar local
Muchos negocios están prosperando gracias al aumento de turistas, lo que ha resultado en un auge de la actividad económica. Sin embargo, los residentes manifiestan su descontento por el incremento de los costos de vida y el aumento de los precios de alquiler, que han escalado debido a la demanda del sector turístico en auge.
En Kamakura, por ejemplo, la población de turistas ha superado en más de 90 ocasiones a la de los locales en el último año, dificultando la vida diaria de los residentes permanentes.
Los comentarios de los fotógrafos reflejan un creciente malestar entre los locales sobre la situación. Un fotógrafo de bodas observó que el rápido aumento del turismo ha transformado lo que antes era un boom agradable en un fenómeno preocupante de overtourism. Según él, el problema radica en que las preparaciones necesarias para manejar tal afluencia de visitantes no se han abordado adecuadamente, lo que ha llevado a fricciones culturales.
Entendiendo las causas profundas
El aumento en el número de turistas se puede atribuir, en parte, a la relajación de las regulaciones de visado para visitantes de países como China, junto con la expansión de la capacidad de vuelos internacionales en aeropuertos como Haneda en Tokio. Además, la depreciación del yen ha hecho de Japón un destino atractivo para muchos viajeros, cambiando la percepción del país de un lugar caro a una opción más económica.
Curiosamente, la demografía juega un papel fundamental en esta narrativa. La población envejecida de Japón, junto con la disminución de la fuerza laboral joven, ha creado una paradoja en la que los residentes locales, especialmente los ancianos, sienten presiones económicas exacerbadas por la llegada de turistas extranjeros. Por ejemplo, a medida que más jóvenes australianos acuden a las estaciones de esquí durante el invierno, los ciudadanos japoneses mayores perciben el impacto de una mayor competencia por actividades recreativas asequibles.
Implicaciones culturales del overtourism
A medida que el panorama turístico se transforma, también lo hace la experiencia de vida diaria de los ciudadanos japoneses. Las ciudades que antes eran serenas y culturalmente ricas, como Kioto, ahora suelen considerarse abarrotadas, lo que lleva a las escuelas locales a reconsiderar las excursiones educativas tradicionales a estos sitios históricos. Las dificultades para transitar por calles congestionadas y los largos tiempos de viaje han hecho que las visitas sean menos atractivas para estudiantes y educadores.
Además, la noción de etiqueta cultural está en el centro de las discusiones sobre el overtourism. Muchos locales expresan su frustración por el comportamiento de algunos turistas, que perciben como irrespetuoso o ajeno a las costumbres japonesas. Esto ha generado un creciente sentimiento de fatiga turística entre los residentes que sienten que su patrimonio cultural está siendo opacado por la llegada masiva de visitantes.
Mirando hacia el futuro: Equilibrando el turismo y la vida local
Para mitigar los efectos del overtourism, los expertos sugieren que Japón debe adaptar su enfoque para recibir a los visitantes internacionales. Esto incluye promover regiones menos conocidas y diversificar las experiencias turísticas más allá de los puntos de interés típicos. Al hacerlo, Japón puede aliviar parte de la presión en las áreas más concurridas y alentar a los viajeros a explorar la rica diversidad de cultura e historia que existe en todo el país.
Mientras el sol comienza a ponerse sobre la pintoresca Bahía de Sagami, se crea un escenario perfecto para una foto. Joshua Li, un visitante de Taiwán, se apresura a capturar el momento junto a su prometida, quien ajusta su vestido de novia con la ayuda de un estilista. Rodeados de una multitud de turistas, logran encontrar un espacio para sus fotografías en el famoso cruce de Kamakurakokomae, un fondo querido por los aficionados de la icónica serie de manga Slam Dunk. El viaje de esta pareja refleja una tendencia más amplia de entusiasmo internacional por la cultura japonesa, especialmente a través del lente del anime y el manga.0