En Zaragoza, la situación de los microcréditos otorgados durante la pandemia ha suscitado una creciente controversia. El concejal del PSOE, Guillermo Ortiz, ha anunciado su intención de solicitar explicaciones al Gobierno de la alcaldesa Natalia Chueca. Esto se produce tras la publicación de un informe de la Cámara de Cuentas que revela una preocupante falta de supervisión en la concesión de estas ayudas financieras.
El informe detalla que el Ayuntamiento no validó adecuadamente la información de las empresas solicitantes. Esta omisión ha generado inquietudes sobre el uso de los fondos públicos. Ortiz ha señalado que esta falta de control no solo representa un riesgo para la gestión del dinero de los zaragozanos, sino que también pone en duda el impacto positivo que estas ayudas deberían haber tenido en los beneficiarios.
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Los hechos
Durante los meses más críticos de la pandemia, el Ayuntamiento de Zaragoza implementó un programa de microcréditos con el objetivo de apoyar a autónomos y pequeñas empresas que enfrentaban dificultades económicas. Con una asignación total de 10 millones de euros, se establecieron tres líneas de financiación que ofrecían ayudas de 5,000, 7,500 y 10,000 euros, dependiendo del tamaño del negocio.
Sin embargo, el concejal Ortiz ha señalado que no se realizó un seguimiento adecuado sobre la distribución de estos recursos. Según el informe de la Cámara de Cuentas, la falta de control se traduce en una gestión opaca, donde no se verificó la situación financiera de los beneficiarios ni el uso que dieron a los fondos recibidos.
Irregularidades detectadas
Uno de los puntos más alarmantes del informe indica que aproximadamente el 25% de las ayudas se concedieron sin la debida justificación. Ortiz destacó que, de una muestra representativa, la Cámara de Cuentas identificó a 50 beneficiarios que no presentaron el certificado de actividad correspondiente, y 67 que no acreditaron estar al día con sus obligaciones tributarias.
Asimismo, se encontraron casos donde algunos beneficiarios justificaron gastos que no eran elegibles o que no correspondían al periodo que se intentaba justificar. Estas irregularidades han llevado a cuestionar la capacidad del Gobierno local para gestionar eficazmente los recursos públicos, lo que plantea serias dudas sobre la transparencia del proceso.
Las consecuencias
Además de la falta de control en la concesión de los microcréditos, Ortiz ha expresado su preocupación por la ausencia de un seguimiento adecuado. Este seguimiento es esencial para evaluar el impacto real de estas ayudas en la economía local. A pesar de que el Ayuntamiento tenía la obligación de medir el retorno y la eficacia de los microcréditos, no se han proporcionado datos que respalden que estas ayudas hayan cumplido su objetivo de revitalizar el tejido empresarial zaragozano.
Demandas de transparencia
La situación ha llevado a Ortiz a exigir no solo respuestas del consejero de Economía, Carlos Gimeno, sino también una revisión exhaustiva de los procedimientos implementados para la gestión de estas ayudas. El concejal ha señalado que la falta de coordinación entre las diferentes áreas del Ayuntamiento es evidente. Es fundamental establecer un sistema de control más riguroso para garantizar que los recursos públicos se utilicen de manera efectiva.
Esta controversia en torno a los microcréditos refleja un problema más amplio que afecta a la gestión pública en Zaragoza. Con antecedentes de falta de transparencia en otros programas, como el Plan Local de Comercio, la administración de Natalia Chueca enfrenta un creciente escrutinio por parte de la oposición y de la ciudadanía. La demanda de claridad en el uso de los fondos públicos es más urgente que nunca.
La situación de los microcréditos en Zaragoza pone de relieve la necesidad imperiosa de mejorar la gestión y el control de los recursos destinados a apoyar a los sectores más vulnerables de la economía. La intervención de Guillermo Ortiz y el informe de la Cámara de Cuentas son un llamado a la responsabilidad y a la transparencia que no se debe ignorar.
