Una transacción interna es la consecuencia de que la lógica del contrato inteligente sea activada por una transacción externa – la transacción transmitida desde el EOA al contrato inteligente.
Los contratos inteligentes son uno de los aspectos más importantes de la blockchain de Ethereum.
Son contratos digitales autoejecutables y automatizados por las empresas, en los que las disposiciones del contrato están codificadas y no interviene ninguna autoridad legal o central.
Los contratos inteligentes de Ethereum, en cierto modo, son programas informáticos que se han instalado en la blockchain y se utilizan para gestionar el saldo de Ether, así como un estado entre las invocaciones del código, y para ejecutar transacciones.
Como todo en la cadena de bloques, los contratos inteligentes están abiertos al público.
Las transacciones de los contratos inteligentes suelen ser irreversibles y rastreables, y se envían a través de cuentas de propiedad externa, también conocidas como EOA, que suelen ser privadas y estar en manos de particulares.
Las interacciones de los contratos inteligentes de este tipo son fascinantes porque activan ciertos procedimientos predefinidos y producen efectos secundarios o subproductos que se denominan «transacciones internas». Un solo contrato inteligente puede dar lugar a docenas o incluso cientos de transacciones internas.
Son transferencias de valor que se producen cuando se ejecuta un contrato inteligente o una transferencia de tokens.
Algunas transacciones de Ether y tokens requieren la ejecución de un contrato inteligente. Estas aparecen como transacciones internas en el historial principal de transacciones de ETH y no son visibles.
Las transacciones son cambios en el estado de la cadena de Ethereum, es decir, escriben datos en la cadena en lugar de leerlos.
En Ethereum, pueden producirse varios cambios de estado, pero las transacciones son las que más interesan a los usuarios.
Los desarrolladores pueden emplear las notificaciones de actividad de direcciones, que rastrean las transferencias, para informar a los usuarios de sus transacciones, por ejemplo, el intercambio de valor entre dos cuentas de Ethereum.
Las transacciones internas, a diferencia de las transacciones normales, carecen de firma criptográfica y suelen almacenarse fuera de la cadena, es decir, no forman parte de la propia cadena de bloques. Algunos se almacenan en cadena, aunque esto requiere el uso de gas adicional, por lo que no se utiliza muy a menudo. Las transacciones internas de este tipo sólo transfieren Ether, afectando a los saldos de las direcciones.
Cuando las transacciones internas tienen lugar, no hay mucha información sobre ellas. En consecuencia, los consumidores a menudo no saben cuándo está en juego su dirección, su cartera o su contrato.
El seguimiento de las transacciones puede llevar mucho tiempo. Esta operación intensiva de la CPU pasa factura a los nodos. Si el nodo no es lo suficientemente potente, puede romperse durante el seguimiento, causando problemas para el resto de los datos en ese nodo.
Además, los resultados registrados para las transacciones internas pueden ser enormes, lo que hace que el almacenamiento y la recuperación sean problemáticos. Otro problema es que los nodos suelen limitar la operación de rastreo a un número específico de bloques, normalmente unos 30 minutos de bloques hacia atrás. En consecuencia, el período de tiempo que sigue a la interacción de un contrato inteligente es crucial para actuar si se quiere poder recoger información sobre cualquier evento potencial. En consecuencia, el período de tiempo que sigue a la interacción de un contrato inteligente es fundamental para tomar medidas si se quiere poder reunir información sobre cualquier posible transacción interna.
En resumen, hay que disponer del tiempo, la capacidad de los nodos y la potencia de procesamiento para seguir las transacciones internas. Esto no es posible para todos los usuarios de blockchain y entusiastas de las criptomonedas, aunque debería ser una tarea sencilla y de fácil acceso.
