Las islas de Tenerife y La Palma han dado un paso significativo al registrar oficialmente su candidatura conjunta para albergar el Centro Nacional de Vulcanología (CNV). Esta iniciativa busca no solo fortalecer la investigación científica, sino también mejorar la gestión del riesgo asociado a fenómenos volcánicos, un aspecto crucial dado el historial eruptivo de la región.
La propuesta ha sido presentada ante el Ministerio de Política Territorial y Memoria Histórica y se basa en un modelo que contempla una sede principal en La Palma, complementada por una subsede en Tenerife. Este enfoque colaborativo pone de manifiesto el compromiso de ambas islas en potenciar la ciencia volcánica en el archipiélago.
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Importancia de la candidatura
La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, ha declarado que este es un momento histórico para Canarias. La candidatura refleja la unión y el esfuerzo conjunto de las islas para que el CNV se convierta en un referente mundial en el estudio de la actividad volcánica.
Según Dávila, “la ciencia y la vulcanología deben estar descentralizadas, no concentradas solo en Madrid”.
El presidente del Cabildo de La Palma, Sergio Rodríguez, subrayó que este registro es un avance hacia un objetivo que se ha trabajado desde hace tiempo.
“La clave es que el centro nacional se establezca en nuestras islas, donde realmente tenemos las condiciones adecuadas para su funcionamiento”, afirmó Rodríguez, resaltando la experiencia adquirida tras la erupción del volcán Cumbre Vieja en 2025.
Fundamentos de la propuesta
La candidatura presentada se apoya en criterios científicos, técnicos y sociales. La reciente actividad volcánica en La Palma ha demostrado la necesidad de contar con un centro especializado en la investigación y predicción de estos fenómenos. La colaboración entre las islas se basa en la experiencia acumulada por instituciones como el Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN) y la Universidad de La Laguna, que han estado a la vanguardia de la investigación volcánica durante más de 25 años.
Infraestructura y recursos disponibles
Tenerife, además, cuenta con infraestructuras operativas como laboratorios de geoquímica y un supercomputador de última generación, el Teide-HPC, que es fundamental para el análisis de datos y la vigilancia volcánica. Estas herramientas son imprescindibles para desarrollar estudios precisos y eficientes que permitan anticipar posibles erupciones.
La combinación de la experiencia de La Palma y el ecosistema científico de Tenerife crea un entorno ideal para el CNV. Este centro no solo servirá como un nodo de investigación, sino que también contribuirá a la formación de nuevos especialistas en el campo de la vulcanología, asegurando que Canarias se mantenga a la vanguardia en este ámbito.
Visión a futuro
La propuesta de Tenerife y La Palma para establecer el CNV es más que un mero trámite administrativo; representa una visión compartida hacia el futuro. Ambas islas se comprometen a trabajar juntas, priorizando los intereses de la comunidad canaria por encima de cualquier conflicto interno. “Este es un modelo de cooperación que debe prevalecer en todos los ámbitos”, concluyó Rodríguez.
Con esta candidatura, las islas no solo buscan posicionarse en el mapa científico mundial, sino también ofrecer un sistema de alerta y prevención que beneficie a las comunidades locales. La creación del CNV podría ser un pilar fundamental para el desarrollo sostenible y la seguridad en el archipiélago, permitiendo una mejor preparación ante futuros desafíos volcánicos.
