La reciente política arancelaria impulsada por la administración de Donald Trump ha tenido un impacto notable en el valor del dólar. Este activo, fundamental en la economía global, se ha visto sometido a una presión considerable frente a otras divisas, principalmente debido a la incertidumbre sobre la inflación en Estados Unidos.
A lo largo del año, el dólar ha perdido más del 10% de su valor en comparación con una cesta de divisas, reflejando las preocupaciones sobre el crecimiento económico y las repercusiones de los aranceles impuestos.
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La posición global del dólar
A pesar de la caída en su valor, el dólar sigue manteniendo una posición sólida en el contexto global. Según los datos de Barclays, el dólar representa el 45% de la deuda pública global y un 86% de la deuda soberana con la calificación más alta, conocida como ‘AAA’.
Aunque Estados Unidos perdió este rating en mayo, el papel del dólar como moneda de reserva está más que asegurado, ya que abarcó el 58% de todas las reservas de divisas extranjeras el año pasado. Esta situación plantea un dilema para la administración Trump, que ha expresado su descontento con el papel del dólar en la economía mundial.
La búsqueda de un nuevo orden económico
Trump ha argumentado que Estados Unidos actúa como un banco global que proporciona su moneda sin recibir una compensación justa. Este razonamiento ha motivado sus esfuerzos por reestructurar el sistema económico mundial a través de la implementación de aranceles.
Ser el emisor de la moneda de reserva del mundo tiene sus costos, especialmente en términos de la producción interna, ya que un dólar fuerte facilita las importaciones, lo cual puede perjudicar a la economía local.
Las estrategias para debilitar el dólar
Un informe de Stephen Miran, ex asesor económico de Trump, menciona que uno de los objetivos clave de la administración es depreciar el dólar. Esto se busca mediante el denominado “Acuerdo Mar-a-Lago”, que busca vincular la defensa nacional con la financiación de la deuda y modificar la estructura de la deuda hacia bonos de largo plazo. Las acciones del gobierno parecen dirigidas a debilitar deliberadamente el valor del dólar, lo que podría tener efectos significativos en la economía global.
Dependencia del dólar
A pesar de los intentos de debilitar la moneda, los analistas advierten que el proceso de desdolarización no puede realizarse de un día para otro. La dependencia de activos en dólares por parte de los bancos centrales es aún muy alta, y según Barclays, “ninguna otra moneda fiduciaria puede competir” con el dólar actualmente. Aunque existen candidatos, como el renminbi chino, su accesibilidad para inversores extranjeros es limitada. El euro también enfrenta dificultades debido a la fragmentación de sus mercados de capitales.
Desafíos para las monedas alternativas
El renminbi, respaldado por la poderosa economía de China, no parece ser un competidor real en el corto plazo. La apertura de su mercado de deuda a inversores extranjeros se ve complicada por la alta presión de deuda interna. Por otro lado, el euro continúa enfrentando desafíos estructurales en su integración. Incluso las criptomonedas, como el bitcoin, no han logrado cuestionar el dominio del dólar como moneda de reserva, especialmente ante la falta de un respaldo decidido por parte de los bancos centrales.
En resumen, la política arancelaria de EE. UU. está teniendo un impacto significativo en el valor del dólar, que aunque ha perdido valor, sigue siendo un actor clave en la economía global. La situación plantea interrogantes sobre el futuro del dólar y cómo las políticas económicas pueden moldear su rol en el mundo.