Fiebre amarilla: la amenaza creciente en América Latina

¿Sabías que la fiebre amarilla es más que una enfermedad tropical? Este virus hemorrágico, que ha causado estragos en varias regiones de África y América Latina, se ha convertido en un tema de preocupación para la salud pública en los últimos años.

En este artículo, vamos a desglosar la situación actual de la fiebre amarilla, cómo se transmite y qué se está haciendo para combatirla. ¡Sigue leyendo!

Características y transmisión de la fiebre amarilla

La fiebre amarilla, como su nombre indica, puede provocar ictericia en algunos pacientes, lo que se suma a su gravedad.

¿Cómo se transmite? Principalmente a través de mosquitos infectados, sobre todo de la especie Aedes aegypti. Este mosquito, que prospera en áreas urbanas y densamente pobladas, puede ser un verdadero peligro en lugares donde la tasa de vacunación es baja.

La enfermedad no solo es un problema local; su capacidad de propagación internacional la convierte en una amenaza para la salud global.

Los brotes más peligrosos suelen surgir cuando personas infectadas llevan el virus a regiones con una alta densidad de mosquitos y poca inmunidad en la población.

Históricamente, la fiebre amarilla ha sido devastadora, causando epidemias en América del Norte y Europa entre los siglos XVII y XIX, lo que interrumpió economías y diezmó poblaciones enteras. Hoy en día, la enfermedad sigue siendo endémica en 13 países de América Central y del Sur, donde los brotes y las muertes continúan siendo una realidad.

Aumento de casos y cambios en la distribución geográfica

Desde finales de 2024, hemos visto un notable aumento en los casos de fiebre amarilla en varios países de América Latina. En 2025, la enfermedad comenzó a extenderse más allá de la región amazónica.

¿Qué significa esto? Que las autoridades de salud pública están en alerta, ya que esta expansión del virus está relacionada con cambios en la ecología de los mosquitos y las dinámicas humanas.

El virus de la fiebre amarilla se transmite a través de tres ciclos principales: selvático, intermedio y urbano. En el ciclo selvático, los monos actúan como reservorios del virus, mientras que en el ciclo intermedio los mosquitos semi-domésticos pueden infectar tanto a monos como a personas, lo que podría desencadenar brotes en comunidades rurales. Por último, el ciclo urbano se produce en áreas densamente pobladas, donde el virus puede propagarse rápidamente de persona a persona, aunque hasta ahora no se han reportado brotes urbanos en las Américas.

Medidas de prevención y la estrategia EYE

La vacunación es la clave para prevenir la fiebre amarilla. Esta vacuna ofrece inmunidad en un 80-100% de los vacunados a los 10 días y en más del 99% a los 30 días. Desde 2017, se ha implementado la Estrategia para Eliminar las Epidemias de Fiebre Amarilla (EYE), que involucra a más de 50 socios y busca proteger a las poblaciones en riesgo en África y América del Sur. ¿Te imaginas? La meta es proteger a más de 1,000 millones de personas para 2026.

A medida que la fiebre amarilla vuelve a ser una amenaza en las Américas, es fundamental que tanto comunidades como gobiernos adopten medidas efectivas de prevención y control. La vigilancia constante y la educación sobre la importancia de la vacunación son esenciales para frenar la propagación de esta enfermedad mortal. Así que, ¿qué estás esperando para informarte y actuar?

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