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¿QUÉ COMISIONES COBRA SU FONDO?

La rentabilidad de un fondo de inversión depende en gran medida de la experiencia del gestor en la selección de los activos que componen la cartera. Pero hay otro factor que también influye en el resultado final: las comisiones.

Por lo tanto, es importante que sepa qué tipos de tarifas puede aplicar y en qué rango sería razonable que se muevan.

Cuanto más bajas sean, más valdrán tus acciones. Este factor puede ser particularmente relevante en fondos que ofrecen rendimientos muy modestos, como la renta fija monetaria o a corto plazo.

Las comisiones siempre deben incluirse en el folleto del fondo, donde puedes consultarlas cuando lo desees.

Este folleto está disponible tanto en el propio operador como en la entidad donde lo adquirió, así como en la página web de la CNMV.

Tasas implícitas

Las principales comisiones de un fondo son las relacionadas con sus operaciones.

Se denominan comisiones implícitas, ya que se deducen diariamente del valor liquidativo. Serían las siguientes:

Comisión de gestión: es la que cobra el gestor como remuneración por sus servicios. Debe estar en línea con la dificultad que implica la gestión de ese producto. Por lo tanto, la comisión de un fondo indexado, que simplemente rastrea la composición de un índice, debe ser inferior a la de un fondo gestionado activamente, donde el gestor debe estar al tanto de la evolución del mercado, analizar el potencial de cada valor y seleccionar aquellos que puedan superar el índice.

Lo mismo ocurre con la renta fija. La comisión de un fondo monetario, que invierte solo en repo y deuda a muy corto plazo, debería reducirse, mientras que la gestión de un fondo de bonos globales implica mucho más esfuerzo (también aporta más valor añadido) y, por lo tanto, debería ser mayor.

Tenga en cuenta que hay fondos que aparentemente se administran activamente, pero en realidad no se desvían demasiado de lo que hace el índice. En tales casos, es razonable que la comisión de gestión no sea elevada.

Los fondos generalmente calculan la tarifa de administración en función de los activos bajo administración. Pero también pueden calcularlo en función de los rendimientos obtenidos (en cuyo caso se llamaría comisión de éxito) o combinar ambos métodos de cálculo. En los tres escenarios hay máximos legales.

La comisión exitosa generalmente está vinculada a los fondos de cobertura y tiene sus pros y sus contras, que encontrará a lo largo de este artículo.

Comisión de depósito y custodia: es lo que el fondo debe pagar a la entidad custodio, que es responsable de la custodia y custodia de los valores en los que invierte. Suele ser muy pequeño (legalmente no puede superar el 0,2% de los activos).

Una forma de saber si la comisión que cobra un fondo es desproporcionada es analizar qué otros productos de la misma categoría cobran. Como botón de ejemplo, te dejamos las comisiones medias que cobran los fondos españoles, según el diario Expansión:

Además de estas comisiones, ten en cuenta que hay otros gastos que también tienen un impacto en la rentabilidad final. Un hecho relevante es la relación de gastos totales o TER, que se expresa como un porcentaje del patrimonio del fondo. La relación de gastos totales incluye honorarios de administración y depositaría más servicios externos y otros gastos operativos.

Otros encargos

Por otro lado, hay comisiones que no son implícitas (no se restan automáticamente del valor liquidativo del fondo), sino que son explícitas, es decir, son soportadas directamente por el partícipe:

Comisión de conversión: Es la que se aplica en caso de cambio entre clases de acciones.

Cuota de suscripción/reembolso: Es la que cobra el fondo por la compra o venta de acciones. Se aplica a la cantidad suscrita/reembolsada por el partícipe y puede ser a favor del gestor o del propio fondo (en este caso se denomina descuento a favor del fondo).

Por lo general, ambos están al 0%, pero algunos fondos intentan penalizar la entrada o salida de los participantes por diversos motivos (relacionados con la estrategia de inversión del propio fondo) y pueden aumentar estas comisiones hasta en un 5%. Por ejemplo, un fondo que invierte en bonos con el objetivo de mantenerlos hasta su vencimiento y aumentar el interés (estrategia buy & hold) penalizará las salidas en un cierto período de tiempo (el del vencimiento de los bonos), ya que lo obligarían a vender los valores en el momento equivocado. Lo mismo se aplica a otras categorías, como los fondos garantizados o los fondos de filosofía de valor.

Por otro lado, hay fondos que incluyen en el folleto una cuota de suscripción… pero en la gran mayoría de los casos, no la cobran. Los fondos recaudan comisiones en el folleto en caso de que en el futuro necesiten cobrarlas. Algo que podría suceder, por ejemplo, si los activos del fondo alcanzan un cierto volumen y el gestor necesita limitar las entradas (un volumen demasiado grande puede ser muy complejo de gestionar). Para salir de dudas, es recomendable ponerse en contacto con el operador para averiguar si la cuota de suscripción es aplicable en el momento actual.

Por último, recuerda que un fondo de inversión puede cobrar diferentes comisiones en función de las diferentes clases de acciones que emita. Las clases con comisiones más baratas suelen estar disponibles para aquellos participantes que estén dispuestos a invertir más dinero, aunque también puede depender de otros criterios, como las políticas de marketing y la denominación de la moneda.

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