El año 2025 ha sido testigo de acontecimientos significativos que han marcado la pauta en el entorno bursátil. Con el cierre del año a la vista, es fundamental reflexionar sobre los factores que han moldeado este periodo y cómo estos pueden influir en el futuro inmediato.
En este artículo, examinaremos varios hitos del mercado, desde la volatilidad inicial hasta las reacciones a políticas económicas, así como las tendencias emergentes que podrían afectar la dirección del mercado en 2026.
El impacto de la inteligencia artificial en el mercado
A principios de 2025, el optimismo por la inteligencia artificial alcanzó su punto máximo, impulsado por una administración que favorecía la desregulación. Sin embargo, este optimismo se vio sacudido el 27 de enero, conocido como DeepSeek Monday, cuando un nuevo chatbot de una compañía china provocó una caída considerable en las acciones tecnológicas a nivel global.
Los inversores se mostraron preocupados por la posibilidad de que modelos de IA más económicos pudieran desplazar a empresas consolidadas en el sector.
No obstante, el sector de la IA se recuperó rápidamente, evidenciando la resiliencia del mercado. Las menciones de IA en informes corporativos aumentaron, reflejando la creciente integración de esta tecnología en diversas industrias. Estimaciones sugieren que la adopción de la inteligencia artificial por parte de las empresas estadounidenses continuará su ascenso, lo que podría derivar en una mejora significativa en la productividad.
Volatilidad y recuperación del mercado
El periodo de volatilidad extrema que ocurrió a principios de marzo, conocido como multistrat-mageddon, se registró como uno de los peores en términos de rendimiento para los fondos de cobertura. En este contexto, el factor de momentum experimentó una caída notable, llevando a muchos inversores a reducir su exposición al riesgo. Sin embargo, este episodio también resultó en un posicionamiento más claro a medida que los operadores se preparaban para el segundo trimestre.
Decisiones políticas y su efecto en la bolsa
El 2 de abril, el anuncio de Donald Trump sobre nuevos aranceles a las importaciones dejó una huella imborrable en el mercado. La reacción inmediata fue una caída del S&P 500 de un 13% en pocos días, marcando uno de los cierres más bajos del año. Sin embargo, la posterior decisión de pausar los aranceles impulsó una recuperación asombrosa, llevando al índice a registrar 33 cierres récord a lo largo del año.
A pesar de esta recuperación, muchos inversores institucionales adoptaron una postura cautelosa, citando la incertidumbre geopolítica y las valoraciones elevadas como preocupaciones principales. Este escepticismo se tradujo en una exposición neta fundamental de los fondos de inversión a largo plazo que se mantuvo por debajo del percentil 50, reflejando una tendencia de cautela en el mercado.
La influencia de los inversores minoristas y extranjeros
En medio de estas turbulencias, los inversores minoristas emergieron como un grupo significativo de compradores de acciones estadounidenses. Su comportamiento mostró una notable resistencia, ya que solo vendían en momentos de pérdidas masivas de empleos. Además, los inversores extranjeros también se lanzaron a la compra, inyectando casi 280 mil millones de dólares en el mercado entre mayo y junio, lo cual reflejó un patrón de demanda constante.
Expectativas para 2026
Mirando hacia el futuro, se prevé que el crecimiento económico en Estados Unidos se acelere entre un 2% y un 2.5% en 2026. Este aumento podría ser favorecido por la reducción de aranceles y mejoras en las condiciones financieras. La Reserva Federal ha comenzado a recortar tasas de interés, lo que facilitará un entorno más propicio para las empresas con alta deuda a tipo de interés flotante.
A medida que nos adentramos en 2026, las fusiones y adquisiciones están programadas para intensificarse en un contexto regulatorio más favorable. El resurgimiento de las ofertas públicas iniciales (OPI) también se espera, aunque todavía por debajo de los picos de 2025. Con un entorno de mercado en evolución, las empresas buscarán capitalizar oportunidades que les permitan mitigar las presiones macroeconómicas actuales.
El año 2025 ha sido un periodo de aprendizaje y adaptación para los inversores. Con el telón de fondo de la incertidumbre, es esencial que las decisiones reflejen esperanzas más que temores, guiando así el camino hacia un futuro más prometedor.