La situación de BBVA en su intento de adquirir Banco Sabadell se ha vuelto un verdadero rompecabezas tras la reciente decisión del Gobierno de bloquear la fusión y la venta de TSB al Banco Santander. ¿Qué significa esto para el futuro de la entidad vasca? Carlos Torres, presidente de BBVA, ahora debe manejar con pinzas los números de esta opa, pues cualquier error podría perjudicar a los accionistas.
Aunque BBVA planea abrir el periodo de aceptación a mediados de julio, la elevada incertidumbre que rodea esta operación podría hacer que todo se complique aún más.
Implicaciones del veto gubernamental
Las condiciones impuestas por el Gobierno de Sánchez han agregado un nivel de dificultad considerable a la operación.
Analistas de Barclays advierten que el encarecimiento de la oferta, tras la venta de TSB, y la disminución del atractivo financiero del acuerdo elevan las probabilidades de un posible fracaso en la opa. ¿Sabías que BBVA podría necesitar elevar su oferta en un 27% para igualar el valor de Sabadell? Esto significaría desembolsar aproximadamente 2.200 millones de euros adicionales.
Sin embargo, Barclays sugiere que un aumento del 20% podría ser más viable, manteniendo la ratio de capital del 12%.
Uno de los pilares fundamentales de la propuesta inicial era la generación de sinergias valoradas en 850 millones de euros.
No obstante, las restricciones del Gobierno, que exigen mantener estructuras separadas durante al menos tres años, podrían dificultar la obtención de estas sinergias. Esto representa un riesgo significativo para la rentabilidad del acuerdo. ¿Realmente vale la pena seguir adelante con tantos obstáculos?
¿Es rentable seguir adelante con la opa?
Los economistas de Barclays han calculado que si BBVA no logra extraer al menos 500 millones en sinergias, el retorno sobre el capital invertido (ROIC) podría caer por debajo del retorno que actualmente obtiene mediante su programa de recompra de acciones.
¿Te imaginas que continuar con la opa podría resultar menos rentable que simplemente devolver capital a los accionistas? Además, la introducción de un nuevo impuesto a la banca podría reducir aún más las sinergias esperadas, aumentando la presión sobre la decisión de BBVA.
El temor a un descontento entre los accionistas de BBVA, a raíz de estas condiciones, también es un factor a considerar. Este escenario podría generar una presión considerable sobre el presidente Torres, quien se enfrenta a un riesgo político importante en esta operación. ¿Será capaz de navegar en estas turbulentas aguas?
Perspectivas de futuro y opciones para BBVA
A pesar de las dificultades, Barclays señala que BBVA aún tiene capacidad financiera para elevar su oferta sin comprometer su ratio de capital CET1. Sin embargo, esta mejora podría hacer que el acuerdo sea aún menos rentable y cuestionar su viabilidad. BBVA no ha ejecutado su recompra de acciones de 1.000 millones de euros para 2024, lo que le brinda cierto margen, pero invertir en una operación de rentabilidad incierta podría no ser la mejor decisión.
Si finalmente BBVA decidiera retirarse de la opa, es probable que esta decisión sea bien recibida por el mercado. Esto eliminaría el riesgo de ejecución y cerraría el diferencial de la opa, que actualmente presenta una prima negativa de aproximadamente 10%. ¿Qué haría BBVA con esos recursos significativos? Podría destinar hasta 4.000 millones de euros a un programa de recompra de acciones, aunque se perdería la oportunidad de mitigar presiones en su negocio en México mediante la adquisición del Sabadell.