El año 2025 prometía ser el gran despegue para bitcoin, con expectativas de alcanzar precios sin precedentes. La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, con su enfoque favorable hacia las criptomonedas, alimentó la esperanza de una mayor adopción y legitimidad del activo.
Sin embargo, lo que comenzó como un sueño dorado pronto se transformó en una montaña rusa de emociones y fluctuaciones de precios.
Después de alcanzar un máximo de 126,000 dólares en octubre, bitcoin vio una caída abrupta del 30% en apenas dos meses.
Este descenso sorprendió a muchos, ya que las proyecciones de varias casas de análisis apuntaban a cifras aún más altas al cierre del año. En lugar de ello, los criptoinversores se encontraron con una realidad que contrastaba con sus esperanzas iniciales.
La nueva dinámica del mercado cripto
A medida que bitcoin se integraba más en el sistema financiero tradicional, su identidad rebelde y su independencia inicial se desvanecieron. La criptomoneda, que una vez fue vista como una alternativa a la banca convencional, ahora se encontraba a merced de factores económicos que antes no la afectaban. Anuncios sobre cambios en las tasas de interés y decisiones políticas empezaron a tener un efecto palpable en su valor.
El impacto de los ETF en bitcoin
Una fecha clave en esta transformación fue el 10 de enero de 2025, cuando la SEC, el regulador estadounidense, aprobó los primeros ETF de bitcoin. Estos fondos cotizados permitieron que grandes instituciones, como fondos de inversión y empresas cotizadas, comenzaran a acumular bitcoin en sus balances. Este cambio significó que la criptomoneda ya no solo era un activo para especuladores, sino que ahora dependía de la confianza de estos nuevos actores institucionales.
Este nuevo enfoque trajo consigo riesgos adicionales. Según el analista Javier Molina de eToro, la concentración de tenencias en manos de un número reducido de grandes actores podría generar volatilidad en el mercado. Además, la forma en que estos inversores ahora operan, basándose en datos macroeconómicos y señales de política monetaria, contrasta con la antigua mentalidad de FOMO (miedo a perderse algo) que predominaba anteriormente.
Los altibajos del mercado en 2025
El año estuvo marcado por un ciclo de subidas y bajadas que reflejaron la incertidumbre del entorno global. En abril, cuando Trump implementó su política arancelaria, bitcoin alcanzó mínimos anuales, cayendo a 74,424.95 dólares, una tendencia que se asemejaba a la de los mercados tradicionales. Sin embargo, durante el verano, la criptomoneda experimentó una breve recuperación, impulsada por el optimismo alrededor de la regulación en EE. UU.
El retroceso y la búsqueda de seguridad
Contrario a las expectativas, un comentario de Trump sobre nuevas tarifas hacia China provocó un pánico generalizado, lo que llevó a una nueva caída en el valor de bitcoin. En poco tiempo, más de 19,000 millones de dólares se evaporaron del mercado, lo que puso de manifiesto el nerviosismo de los inversores. En este clima de desconfianza, muchos decidieron asegurar sus ganancias y refugiarse en activos más seguros, lo que no incluía a bitcoin, que continuó su descenso.
Desde entonces, la criptomoneda se ha mantenido bajo los 90,000 dólares, cayendo un 6% en el año y un 30% desde sus picos. Mientras tanto, el S&P 500 se ha recuperado un 16% en el mismo periodo, lo que resalta la desconexión entre bitcoin y el mercado de acciones en general.
Perspectivas futuras para bitcoin
Mirando hacia adelante, el futuro de bitcoin es incierto. Algunos analistas consideran que la situación actual podría ser simplemente una pausa temporal en su trayectoria, mientras que otros ven signos de un próximo criptoinvierno. Los flujos hacia los ETF de bitcoin han disminuido, lo que indica una falta de interés por parte de los inversores institucionales. Sin embargo, el iShares Bitcoin Trust de BlackRock, a pesar de su rendimiento negativo, ha atraído 25,000 millones de dólares en capital, lo que sugiere que la demanda a largo plazo todavía existe.
La realidad es que 2025 no ha sido el año transformador que muchos esperaban para bitcoin. Con el nuevo perfil de inversores y cambios en su dinámica de mercado, la criptomoneda se enfrenta a nuevos desafíos que podrían definir su camino en los próximos años. Sin un claro rumbo a seguir, el futuro de bitcoin es un tema de debate constante entre analistas e inversores.