El reciente aumento de las tarifas arancelarias por parte de la administración de Donald Trump ha generado un impacto notable en la economía española. Expertos de diversas instituciones, incluyendo el Banco de España y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), han señalado que estas medidas están frenando el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Esta situación, que ya se veía venir debido a un enfriamiento general en las proyecciones económicas, ha llevado a múltiples servicios de estudios a revisar sus estimaciones.
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Las revisiones de las proyecciones económicas
Según el Pulso Económico Trimestral de EY Insights, publicado en primavera de 2025, el optimismo sobre las previsiones de crecimiento ha disminuido drásticamente.
Un 56% de los analistas ahora prevé un crecimiento de hasta un 2.5% anual, lo que representa una caída de 24 puntos porcentuales en comparación con las estimaciones anteriores. Esta revisión se suma a los recortes realizados por el Banco de España y la Airef, que han ajustado sus proyecciones a la baja debido a la incertidumbre generada por las políticas arancelarias estadounidenses.
El riesgo de las tarifas arancelarias
Los expertos coinciden en que la política arancelaria de la administración Trump es el principal riesgo para la economía española. Un 100% de los analistas encuestados considera que estas tarifas tienen un impacto negativo.
Este sentimiento ha eclipsado preocupaciones internas, como la fragmentación política, que aún afecta a un 87% de los consultados. La implementación de tarifas del 20% en productos de la Unión Europea y otras tarifas específicas, como el 25% sobre aluminio y acero, están generando un clima de incertidumbre que podría repercutir en el crecimiento económico.
Impacto en el PIB europeo y español
Los analistas son pesimistas en cuanto al impacto de las políticas comerciales de EE. UU. en el PIB europeo, previniendo una disminución de hasta un punto porcentual anual en los próximos cinco años.
Esto representa un aumento significativo en comparación con estimaciones anteriores. En el caso de España, se ha planteado un escenario en el que, si las tarifas no se reducen, el crecimiento del PIB podría limitarse a un 2% en 2025 y a un 1.1% en 2026, lo que refleja una desaceleración preocupante en comparación con el crecimiento del 3.2% del año pasado.
Reacciones de las instituciones económicas
La preocupación por las proyecciones económicas ha sido compartida por el Banco de España, que ha rebajado su previsión de crecimiento para 2025 del 2.7% al 2.4%. La Airef también ha ajustado sus estimaciones por el mismo motivo, destacando que la situación podría empeorar si no se logran acuerdos en las negociaciones comerciales. Sin embargo, a pesar de la incertidumbre, algunos informes apuntan a que la economía española podría resistir mejor que otras economías europeas, en parte debido a su menor exposición a los mercados estadounidenses.
Perspectivas de inversión y consumo
A pesar de las malas noticias, hay un rayo de esperanza. El informe de EY también sugiere que las previsiones de inversión y consumo muestran signos de optimismo. Esto se debe a la confianza de las empresas en la recuperación del mercado interno, lo que podría ayudar a mitigar el impacto de las tarifas arancelarias. La incertidumbre aún persiste, pero las empresas están buscando adaptarse a la nueva realidad comercial.
La respuesta del gobierno español
Ante esta situación, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha viajado a Estados Unidos para apoyar a las empresas españolas que operan en un mercado que se vuelve cada vez más complicado debido a las políticas de Trump. Durante su visita a Houston, se reunió con empresas de sectores clave como tecnología y energías renovables, buscando ofrecer asesoramiento y confianza en un ambiente de creciente incertidumbre.
Reflexiones finales sobre el futuro económico
La situación actual plantea un desafío significativo para la economía española. Mientras que los datos son preocupantes, también es cierto que la economía ha mostrado una notable capacidad de resistencia. El futuro dependerá de la evolución de las políticas comerciales y de cómo las empresas se adapten a los cambios. La vigilancia de los analistas y las acciones del gobierno serán cruciales para navegar por este complejo panorama.
