En la actualidad, el absentismo laboral se ha convertido en uno de los mayores retos para las empresas en España. Las organizaciones han identificado este fenómeno como un obstáculo crítico, superando problemas como la baja productividad y la presión fiscal.
Este aumento de ausencias está generando un impacto financiero considerable en las cuentas de las empresas y en la Seguridad Social, lo que ha llevado a muchas a reconsiderar sus planes de contratación.
Las cifras son alarmantes: el costo del absentismo ha pasado de 10.134 millones de euros hace una década a más de 32.000 millones de euros en la actualidad.
Este crecimiento desmedido se vincula de manera directa con el aumento de la población activa, que ha crecido de 18 millones a 22 millones de trabajadores en el mismo período. Este fenómeno se ha disparado desde la pandemia de COVID-19.
Factores detrás del aumento del absentismo laboral
Uno de los elementos que ha contribuido al aumento del absentismo es la crisis sanitaria provocada por la pandemia. Desde, el costo relacionado con las ausencias ha mostrado una tendencia al alza, afectando directamente los niveles de contratación, especialmente en sectores donde la mano de obra es predominante. Las pequeñas y medianas empresas son las más afectadas, ya que el crecimiento de los costos laborales ha sido constante durante 19 trimestres consecutivos.
Perfil demográfico de los trabajadores afectados
Un estudio reciente revela un dato llamativo: solo el 16,6% de los trabajadores en activo representa el 69,6% de las bajas laborales anuales. Esta concentración es inusual en comparación con otros países europeos, donde la incidencia del absentismo se distribuye de manera más equitativa. Esta situación ha llevado a un aumento en la reincidencia, donde un grupo reducido de empleados acumula múltiples periodos de baja a lo largo del año.
Impacto en la economía y el mercado laboral
El impacto del absentismo laboral en el Producto Interno Bruto (PIB) oscila entre el 3% y el 5,4%, lo que se traduce en una pérdida de 368 millones de jornadas de trabajo al año. Esta cifra ha aumentado un 52% desde 2018, lo que ha llevado a las empresas a reevaluar sus estrategias de contratación. La incapacidad para cubrir vacantes se ha vuelto evidente, especialmente en sectores como la construcción, la hostelería y el transporte.
Medidas necesarias para abordar el absentismo
Ante el aumento proyectado del absentismo en 2026, organizaciones como el Círculo de Empresarios abogan por un pacto nacional que involucre al gobierno y a las mutuas. Este acuerdo debería incluir la agilización del proceso de alta laboral para incapacidades temporales cortas y un mayor control sobre las ausencias breves y repetidas. La duración promedio de las bajas por enfermedad común se sitúa en 40,9 días, superior a la media en otros países europeos, donde las ausencias son generalmente más cortas.
Además, la diferencia en la percepción del absentismo entre empresas grandes y pequeñas es notable. Las grandes empresas industriales reportan un impacto más significativo, lo que resalta la necesidad de enfoques diferenciados según el tamaño y el sector de la empresa. Mientras que las microempresas tienden a implementar medidas de flexibilidad horaria, las grandes organizaciones prefieren un seguimiento sistemático de las ausencias.
El absentismo laboral representa un desafío considerable que requiere atención inmediata. Las empresas deben adaptarse y encontrar soluciones efectivas que no solo mitiguen el impacto económico, sino que también fomenten un entorno laboral más saludable y equilibrado.