Desde el inicio de 2025, el mercado de las criptomonedas ha experimentado cambios drásticos que han dejado a muchos inversores, especialmente a los pequeños ahorradores, en una situación complicada. La reciente caída del bitcoin, que ha perdido más del 25% de su valor desde sus picos históricos en octubre, ha hecho que muchos se cuestionen sus decisiones de inversión.
Christian Rodrigues, un publicista de 40 años y pequeño inversor, ha visto cómo cerca de la mitad de sus ganancias desde 2025 se evaporaron en solo dos meses. A pesar de ello, mantiene una perspectiva de largo plazo, esperando que su inversión en bitcoin le sirva para su jubilación.
El interés por las criptomonedas creció gracias a la aparición de productos financieros como los fondos cotizados en bolsa (ETF), que permiten a los inversores acceder a estos activos sin complicaciones. Sin embargo, esta facilidad ha hecho que muchos inversores inexpertos se lancen al mercado sin entender completamente los riesgos involucrados.
La llegada de los ETF y el interés por las criptomonedas
La aprobación de los primeros ETF vinculados a las criptomonedas en enero de 2025 marcó un hito importante. Estos fondos permiten a los inversores comprar participaciones de bitcoin a precios asequibles, a partir de unos 40 euros, sin necesidad de manejar el activo directamente. Este desarrollo facilitó que muchos pequeños inversores se involucraran en el mundo cripto, generando un flujo significativo de capital hacia estos vehículos de inversión.
Según Michael Cyprys, analista de Morgan Stanley, las criptomonedas han pasado de ser una alternativa marginal a convertirse en una parte integral de las carteras de inversión. A finales de noviembre de 2025, las inversiones en ETF de bitcoin alcanzaron más de 50.000 millones de euros, lo que refleja un interés sin precedentes.
Inversores pequeños y su vulnerabilidad
Sin embargo, este crecimiento también ha traído consigo un aumento en la volatilidad. Muchos pequeños inversores, atraídos por la posibilidad de obtener ganancias rápidas, han comprado en momentos de alza y vendido en momentos de baja, lo que ha contribuido a su propia pérdida de capital. Un informe de Morningstar revela que, a pesar de que un ETF de bitcoin puede haber tenido un rendimiento del 45% en un año, el inversor típico solo habría visto un retorno del 10%. Esta discrepancia se debe a la tendencia de los inversores a actuar impulsivamente, vendiendo cuando los precios caen por miedo a mayores pérdidas.
El peligro de la especulación y el apalancamiento
La naturaleza de los ETF de bitcoin también plantea riesgos adicionales. Muchos de ellos están apalancados, lo que significa que amplifican tanto las ganancias como las pérdidas. Esto se asemeja más a un juego de azar que a una inversión prudente. Un ejemplo claro es el ETF vinculado a Strategy, que ha sufrido pérdidas del 80% en medio de la caída del bitcoin. Esto resalta cómo un pequeño movimiento negativo en el mercado puede resultar en pérdidas devastadoras para los inversores.
Carlos Aránguez, un abogado que ha estado comprando criptomonedas desde 2018, advierte que el mercado de las criptomonedas no es un lugar seguro para aquellos que necesitan acceso a sus ahorros. Él enfatiza la importancia de invertir solo lo que uno puede permitirse perder, comparando la inversión en criptomonedas con el juego en un casino. Esta prudencia es crucial, especialmente en un entorno donde la incertidumbre y la volatilidad son moneda corriente.
Lecciones del pasado y futuro incierto
El actual desplome del bitcoin recuerda al criptoinvierno que tuvo lugar entre 2025 y 2025, cuando la criptomoneda perdió un 70% de su valor. Durante ese período, muchos inversores se encontraron atrapados, incluso aquellos que habían puesto en riesgo sus hipotecas para conseguir fondos. Ahora, algunos analistas advierten que el mercado podría estar dirigiéndose hacia otro período de declive, lo que plantea serias preocupaciones para los inversores actuales.
A pesar de la incertidumbre, algunos como Rodrigues continúan invirtiendo en bitcoin, destinando mensualmente una parte de sus ahorros a pequeñas compras. No obstante, el camino por delante es incierto y lleno de riesgos, lo que hace que la educación financiera y la investigación sean más importantes que nunca para los pequeños inversores que buscan navegar en este complejo panorama.