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Estados Unidos y China: un acuerdo comercial que redefine las tarifas arancelarias en 2025

Las negociaciones entre Estados Unidos y China han tomado un rumbo significativo en la búsqueda de un acuerdo que ponga fin a la escalada de aranceles iniciada durante la administración de Donald Trump. En este contexto, ambos países han decidido asumir ciertas pérdidas económicas para salvaguardar sus intereses prioritarios.

Por ejemplo, China está dispuesta a aceptar tarifas aduaneras elevadas impuestas por EE. UU. a cambio de levantar el veto sobre la exportación de chips, que fue una medida adoptada en su momento por Trump.

Las condiciones del acuerdo arancelario

El marco negociador establece que, en lugar de eliminar los aranceles, EE. UU. aceptará que sus exportaciones hacia China estén gravadas con un arancel del 10%. Este porcentaje es considerablemente más alto que el que China impone a los productos de otros países.

Este movimiento se justifica por el deseo de recuperar el suministro de tierras raras, que son cruciales para la fabricación de baterías y que China controla en un 90%.

Los negociadores de ambos países deberán aclarar cómo se implementará este acuerdo, que, si se lleva a cabo sin más disputas, podría evitar una guerra comercial que afectaría gravemente a la economía global.

Sin embargo, hay incertidumbres que persisten, como la duración del restablecimiento de la normalización en el envío de tierras raras hacia EE. UU. Pekín ha indicado que esta normalización podría durar solo seis meses, dejando en el aire qué ocurrirá después.

Implicaciones de un acuerdo tarifario

La posibilidad de que EE. UU. y China lleguen a un acuerdo también plantea preguntas sobre el restablecimiento de los visados para estudiantes chinos en universidades americanas. No está claro si esta medida se aplicará solo para el curso 2025/2026 o si tendrá un impacto más prolongado.

La falta de claridad en estos aspectos genera preocupaciones sobre el futuro de las relaciones comerciales y educativas entre ambos países.

A pesar de las negociaciones, el comportamiento errático de Trump durante su segundo mandato presidencial genera dudas sobre la estabilidad de este acuerdo. Analistas de organismos como el Fondo Monetario Internacional advierten que un golpe proteccionista podría disminuir el PIB global en más de un 5%. Este panorama ha llevado a un consenso entre expertos de que los estadounidenses podrían ser los más perjudicados por cualquier política neomercantilista.

Reacciones ante el posible acuerdo

Si finalmente se concreta el acuerdo en los términos que propone Trump, esto significaría un logro político significativo, ya que se impondrían aranceles a los productos chinos que ingresan a EE. UU. cinco veces más altos que los que las empresas estadounidenses tendrían que pagar para vender en el mercado chino. Esto podría ser visto como una victoria para Trump, aunque con implicaciones económicas complejas.

En un contexto más amplio, el alquiler de una habitación consume, en promedio, el 23% del salario en muchas ciudades, lo que resalta las presiones económicas que enfrentan los ciudadanos. Además, una grabación reciente vinculó a un político local en un caso de cobro de comisiones, lo que añade más tensión al clima político y económico.

Las negociaciones para aliviar tensiones arancelarias continúan, ya que ambas partes buscan evitar daños mayores en sus economías. Bruselas y Londres también están trabajando en cuestiones relacionadas, como es el caso de Gibraltar, que afecta a las relaciones comerciales en Europa.

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Las tensiones comerciales de Trump y su efecto en el IBEX 35 en 2025