Europa desafía la ilusión de Bruselas en medio de los cambios globales

La influencia europea enfrenta desafíos significativos debido a un cambio estructural en el orden mundial, impulsado por las políticas de Estados Unidos.

En la actualidad, Europa enfrenta un panorama complejo, marcado por la ilusión de Bruselas. Esta expresión refleja la creencia de que la Unión Europea (UE) aún puede ejercer un liderazgo significativo en la configuración de normas y estándares globales. Sin embargo, expertos como Peter Praet, ex economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), alertan sobre un profundo cambio en el equilibrio global que podría poner en jaque esa percepción.

A medida que el orden multilateral que ha dominado las últimas siete décadas se desmorona, la capacidad de Europa para influir a nivel internacional se ve comprometida. Durante años, la UE asumió que su poder comercial le permitiría negociar con otras potencias, incluida Estados Unidos, a pesar de su limitada capacidad política.

Sin embargo, la reciente mezcla de economía y geopolítica por parte de Washington ha puesto de manifiesto la fragilidad europea.

Un cambio estructural en el orden internacional

El contexto geopolítico actual no debe ser visto como una simple disputa comercial, sino como un cambio estructural en el orden internacional.

Para Praet, lo más alarmante es el giro radical que ha dado Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump, quien, en lugar de fortalecer el sistema global, lo está socavando. Trump ha llegado a expresar que la Unión Europea fue creada con la intención de perjudicar a los Estados Unidos, un comentario que refleja un nuevo enfoque en la diplomacia que anteriormente no habríamos esperado de un presidente estadounidense.

La retórica agresiva de Trump es solo la punta del iceberg; detrás de sus palabras se esconde una estrategia que combina comercio, finanzas, seguridad y geopolítica para obtener ventajas en un juego de suma cero.

La pérdida de poder comercial de Europa

Europa ha confiado en su poder comercial como un baluarte para negociar en igualdad de condiciones con otras naciones. Sin embargo, la realidad ha demostrado ser diferente. Estados Unidos, al mezclar comercio y política, ha expuesto la vulnerabilidad del continente. La hegemonía benevolente que ejerció Estados Unidos durante décadas, donde lideraba sin buscar la subordinación de otros países, se ha desvanecido. Ahora, la superpotencia utiliza todos sus recursos para obtener concesiones, desde aranceles hasta sanciones, afectando incluso a sus aliados.

El poder comercial europeo, aunque significativo, ya no es suficiente sin un respaldo político sólido. La falta de unidad en la política exterior y de defensa deja a la UE en una posición desventajosa.

La ilusión de Bruselas y la nueva realidad

Históricamente, se ha hablado del efecto Bruselas, la idea de que la UE podría establecer estándares globales en diversas áreas como regulaciones y sostenibilidad. Sin embargo, hoy en día se debe hablar de la ilusión de Bruselas, ya que la realidad demuestra que Europa no puede seguir dictando las reglas. Estados Unidos ha comenzado a desafiar abiertamente las normas europeas, como lo evidencian las recientes decisiones sobre estándares contables de sostenibilidad. Las empresas europeas se ven obligadas a adaptarse a las normas estadounidenses, lo que plantea un nuevo desafío regulatorio.

El desmoronamiento del sistema multilateral

La situación es especialmente preocupante porque el sistema multilateral que permitió décadas de estabilidad y prosperidad estaba fundamentado en el liderazgo estadounidense. Los principios de la Organización Mundial del Comercio (OMC), como el de nación más favorecida, han servido para proteger a los países pequeños de decisiones discriminatorias por parte de los más grandes. Sin embargo, hoy en día, esa neutralidad se ha visto comprometida, y la política se ha entrelazado con el comercio de manera que resulta perjudicial para algunos países.

El contraste entre el tratamiento de Argentina y Brasil ilustra este punto. A uno se le ofrecen apoyos financieros, mientras que al otro se le imponen barreras y hostilidad, marcando el fin del tratamiento equitativo en el sistema de reglas.

El papel de China y Rusia en el nuevo escenario global

En este nuevo orden global, China juega un papel esencial. La rivalidad entre Estados Unidos y China ha colocado a Europa en una posición incómoda, atrapada entre dos potencias con inmenso poder económico y militar. La UE no estaba preparada para un mundo bipolar, ni política ni institucionalmente. La invasión rusa de Ucrania ha añadido otra capa de complejidad, revelando la dependencia de Europa del gas ruso y la protección militar estadounidense, lo que ha hecho evidente la vulnerabilidad del continente en múltiples frentes.

A medida que el orden multilateral que ha dominado las últimas siete décadas se desmorona, la capacidad de Europa para influir a nivel internacional se ve comprometida. Durante años, la UE asumió que su poder comercial le permitiría negociar con otras potencias, incluida Estados Unidos, a pesar de su limitada capacidad política. Sin embargo, la reciente mezcla de economía y geopolítica por parte de Washington ha puesto de manifiesto la fragilidad europea.0

A medida que el orden multilateral que ha dominado las últimas siete décadas se desmorona, la capacidad de Europa para influir a nivel internacional se ve comprometida. Durante años, la UE asumió que su poder comercial le permitiría negociar con otras potencias, incluida Estados Unidos, a pesar de su limitada capacidad política. Sin embargo, la reciente mezcla de economía y geopolítica por parte de Washington ha puesto de manifiesto la fragilidad europea.1

Scritto da Staff

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