Las acciones de Grifols han sufrido una corrección significativa, cayendo aproximadamente un 25% desde su máximo anual de 13,51 euros alcanzado a finales de julio. Este descenso ha generado inquietudes entre los inversores, especialmente respecto a la elevada deuda de la compañía y su capacidad de convertir el ebitda en flujos de caja tangibles.
Los resultados financieros del tercer trimestre mostraron un desempeño aceptable, aunque opacado por el impacto de un dólar fuerte. Los analistas de Deutsche Bank expresan su preocupación por la limitada habilidad de Grifols para transformar su beneficio operativo en un flujo de caja libre sólido y recurrente, un reto crítico para una empresa con alto apalancamiento.
Los hechos
A pesar de que el ebitda ajustado alcanzó los 1.358 millones de euros hasta septiembre, solo se generaron 188 millones en flujo de caja libre. Esta conversión es considerada problemática por los expertos, dado que la relación entre la deuda y el ebitda se sitúa en aproximadamente cuatro veces.
Resultados trimestrales y expectativas futuras
En términos generales, los resultados no presentaron sorpresas negativas, y el ebitda ajustado superó ligeramente las proyecciones del mercado. La compañía ha elevado sus pronósticos de ingresos para 2025, fijando la meta en 7.600 millones o más, aunque la previsión de ebitda se mantuvo sin cambios. La guía de flujo de caja libre se actualizó, pasando de 375-425 millones a 400-425 millones.
Sin embargo, estas mejoras no alteran la narrativa general de Grifols, que sigue generando menos caja de lo esperado para un negocio que requiere altos niveles de inversión y enfrenta un significativo apalancamiento.
Factores externos que afectan a Grifols
Existen riesgos externos que podrían impactar la cotización de Grifols, especialmente en relación con la deficiencia de alfa-1 antitripsina (AATD). Esta área representa alrededor del 10% de los ingresos de la compañía, y recientes avances en estudios de competencia podrían alterar el panorama.
Retos en el mercado chino y la competencia
El entorno en China también presenta desafíos, con presiones sobre los precios de la albúmina debido a controles gubernamentales. Aunque Grifols sigue considerando este mercado como estratégico, Deutsche Bank señala que las expectativas de crecimiento deben ser ajustadas a la baja. La venta de Shanghái Raas ha mejorado las proyecciones de flujo de caja, y la agencia Fitch ha elevado su perspectiva a ‘positiva’, reflejando una mayor estabilidad.
Perspectivas de los analistas
A pesar de estos factores positivos, Deutsche Bank mantiene su recomendación de ‘mantener’ respecto a las acciones de Grifols, fijando un precio objetivo de 12 euros por acción. Las preocupaciones sobre la ejecución de la refinanciación programada para 2026, un portafolio incierto y la presión competitiva persisten, lo que lleva a los analistas a ser cautelosos en sus proyecciones.
Grifols se encuentra en una encrucijada donde debe mejorar su capacidad de conversión de ebitda a flujo de caja libre, mientras navega por un entorno de mercado desafiante y un contexto económico global incierto. La empresa necesita demostrar que puede gestionar su alto nivel de deuda y capitalizar las oportunidades de crecimiento en un sector en constante evolución.