La reducción de riesgos de desastres es un tema que ha cobrado gran relevancia en los últimos años, especialmente a medida que el cambio climático provoca un aumento en la frecuencia e intensidad de los desastres naturales. En una reciente entrevista, se destacó la urgente necesidad de que los países y las organizaciones internacionales aumenten su inversión en este ámbito.
A pesar de que la inversión en la reducción de riesgos ha demostrado tener un alto retorno, actualmente menos del 1% de los presupuestos gubernamentales se destina a esta causa. Esto plantea serias preocupaciones sobre la preparación y la resiliencia de las naciones frente a eventos climáticos extremos.
El costo de la inacción ante los desastres climáticos
Las proyecciones indican que entre 2015 y 2030, se prevé un aumento del 40% en los desastres relacionados con el clima. Este incremento no solo afecta a las comunidades, sino que también impone una carga significativa sobre las economías, especialmente en los países en desarrollo.
Las pérdidas humanas y materiales son devastadoras, y la falta de recursos para la gestión de riesgos agrava la situación. Las estadísticas revelan que menos del 3% de la financiación internacional para desastres está destinada a la gestión proactiva de riesgos, dejando a muchas naciones vulnerables ante la amenaza de desastres.
La necesidad de un enfoque estratégico en la financiación
Durante la Cuarta Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo de las Naciones Unidas, celebrada en Sevilla, se hizo un llamado a los gobiernos y a la comunidad internacional para adoptar un enfoque más estratégico en la inversión en resiliencia.
La construcción de infraestructuras adecuadas, el desarrollo de sistemas de alerta temprana y la capacitación de comunidades son aspectos fundamentales que requieren una atención urgente. Al invertir en la reducción de riesgos, no solo se protegen vidas, sino que también se mitigan los costos económicos a largo plazo.
Beneficios de invertir en reducción de riesgos
La inversión en la reducción de riesgos de desastres ofrece múltiples beneficios. Primero, reduce la pérdida de vidas y la devastación de comunidades enteras. Segundo, al disminuir los daños colaterales, se minimize el impacto negativo en las economías locales, lo que a su vez permite una recuperación más rápida y efectiva. Tercero, al enfocarse en la prevención, se pueden redirigir recursos que de otro modo se gastarían en la respuesta a desastres. Esta estrategia no solo es más eficiente, sino que también es económicamente viable a largo plazo.