La peste porcina africana (PPA) representa un desafío significativo para la industria ganadera, especialmente en Europa, donde se han reportado brotes devastadores. Este virus, que afecta a cerdos y jabalíes, tiene una tasa de mortalidad que puede alcanzar el 100%, poniendo en riesgo no solo la salud animal, sino también la economía de los países productores de porcino.
En este contexto, un equipo de investigadores liderado por la doctora Marisa Arias trabaja incansablemente en el desarrollo de una vacuna que ofrezca una solución a este problema crítico.
Los hechos
La historia comienza en la década de 1980, cuando la doctora Arias se adentra en el mundo de la investigación científica.
Con un background en sanidad animal, rápidamente se convierte en una figura clave en la lucha contra la PPA. Su primer encuentro con el virus la llevó a colaborar con el renombrado profesor José Manuel Sánchez-Vizcaíno, pionero en la investigación de enfermedades porcinas.
Este vínculo mentor-alumna ha sido fundamental para los avances en la creación de la vacuna.
Desarrollo de la vacuna
El proyecto europeo VACDIVA se ha convertido en la esperanza para combatir la peste porcina. Con una financiación de 10 millones de euros, el objetivo es desarrollar una vacuna no solo segura, sino que también permita diferenciar entre animales vacunados y aquellos infectados. Este enfoque es crucial para el control de la enfermedad, especialmente en poblaciones salvajes de jabalíes, donde el virus se ha propagado rápidamente.
El proceso de creación de la vacuna ha sido arduo. Los investigadores han probado diferentes técnicas, desde vacunas inactivadas hasta vectores virales. Sin embargo, el enemigo ha demostrado ser astuto y difícil de erradicar. El virus tiene la habilidad de mutar y eludir los sistemas inmunológicos, complicando el desarrollo de una solución efectiva. Según Arias, “el desafío ha sido entender cómo atenuar el virus de manera controlada”.
Las consecuencias
A pesar de los esfuerzos, la PPA sigue siendo un virus sin cura. Desde su aparición en Europa, ha devastado granjas y ha llevado a la eliminación de millones de animales. Las medidas de control han sido estrictas, pero no siempre efectivas. La industria porcina española, la más grande de la Unión Europea, podría enfrentar pérdidas económicas masivas si la PPA se propagara entre los cerdos domésticos.
Un enemigo formidable
La doctora Arias explica que la PPA es más grave en jabalíes y cerdos que el ébola en humanos, con una mortalidad que alcanza el 100%. Este virus hemorrágico se caracteriza por su complejidad, presentando más de 160 polipéptidos que le permiten infectar las células inmunitarias del organismo. La investigación ha sido un esfuerzo colaborativo, donde cada avance se ha logrado tras superar numerosos obstáculos.
Un hallazgo clave fue que los animales que sobrevivían a infecciones con virus atenuados naturales desarrollaban protección contra los virus virulentos. Esto llevó a los investigadores a enfocarse en la creación de un prototipo de vacuna que pudiera replicar este efecto de manera segura y efectiva. Tras varios años de trabajo, se han generado 13 prototipos que se han probado en condiciones controladas en bioterios de Europa.
El futuro de la vacunación
El esfuerzo conjunto ha dado sus frutos, y entre 2025 y 2025 se lograron crear dos prototipos avanzados que han demostrado ser seguros y eficaces en estudios preliminares. La comunidad científica espera que estos avances permitan finalmente contar con una vacuna comercial para la PPA, lo que sería un hito en la sanidad animal. La doctora Arias, ahora madre de tres hijos, ha equilibrado su vida personal y profesional, dedicando horas a esta causa que podría salvar millones de vidas porcinas.
A medida que el equipo continúa trabajando en los ensayos necesarios para la aprobación de la vacuna, la importancia de su labor se hace cada vez más evidente. “Mientras alguien logre desarrollar la vacuna definitiva, eso es lo que importa”, afirma Arias con humildad. La colaboración y el esfuerzo de muchos investigadores han puesto a Europa en la vanguardia de la lucha contra un virus que ha amenazado la seguridad alimentaria y económica de la región.