La reciente ofensiva de la Administración Trump contra la energía eólica marina en Estados Unidos ha generado una fuerte preocupación en el sector, especialmente para Iberdrola. Su filial, Avangrid, es responsable de los proyectos New England Wind 1 y 2, ubicados en Massachusetts.
La incertidumbre creció considerablemente después de que se conociera que el Gobierno estadounidense está considerando anular los permisos previamente otorgados a estos proyectos, según un documento judicial emitido el miércoles pasado.
La magnitud del problema es alarmante. Según BloombergNEF, el valor total de las instalaciones de energía eólica marina asciende a 14.600 millones de dólares, con la capacidad de suministrar electricidad a más de 900.000 hogares en Massachusetts.
Esta situación ya ha tenido repercusiones en el mercado: las acciones de Iberdrola cayeron un 1,7%, reflejando también la tendencia a la baja de competidores como Orsted y Vestas Wind Systems, que vieron descensos del 2,6% y 1,3%, respectivamente.
Impacto inmediato en el mercado y la estrategia de Iberdrola
A pesar de que Iberdrola ha optado por no hacer comentarios al respecto, la reacción del mercado subraya la incertidumbre que las decisiones de Washington generan en el ámbito de las energías renovables.
Este sector es crucial para el crecimiento futuro de la empresa, siendo los proyectos de energía eólica marina una de las principales vías de expansión que Iberdrola ha señalado para los próximos años.
Estados Unidos se ha convertido en uno de los focos estratégicos de Iberdrola, junto al Reino Unido.
Ignacio Galán, presidente de la compañía, presentó al gabinete de Donald Trump un plan de inversión en Estados Unidos que alcanzaría los 18.000 millones de dólares. Sin embargo, la situación actual pone en duda la viabilidad de estos planes.
La empresa tiene otros proyectos en la costa este, como el parque eólico marino Vineyard Wind 1, que está en construcción con una capacidad de 806 MW, y otros proyectos en fase de desarrollo, como Kitty Hawks y Gulf of Maine.
Opiniones de analistas y el futuro de Iberdrola
La situación es, sin duda, una mala noticia para Iberdrola, ya que cuestiona su capacidad para alcanzar las metas establecidas en el desarrollo de proyectos de energía eólica marina. No obstante, algunos expertos sugieren que hay razones para mantener la calma. Según Aránzazu Bueno, analista de Bankinter, el proyecto New England Wind 1 y 2 se encuentra en una fase muy temprana, lo que significa que Iberdrola no ha invertido aún grandes cantidades de dinero. El proyecto fue adjudicado en septiembre del año pasado, con una capacidad de 791 MW y una inversión de 3.000 millones de euros, y no se esperaba que comenzara su operación comercial hasta 2029.
Además, analistas de Bloomberg Intelligence, Patricio Álvarez y Joao Martins, han señalado que la decisión del Gobierno estadounidense de retirar permisos no descarrilará el plan de crecimiento de Iberdrola. Aunque existe un elevado riesgo regulatorio en el sector de la energía eólica marina en EE.UU., las pérdidas potenciales estarían probablemente limitadas a “unos pocos cientos de millones” de euros, dado que los proyectos están aún en fase preliminar.
Próximos pasos y expectativas
Iberdrola ya ha tomado medidas para reducir su exposición al mercado estadounidense, enfocándose en su crecimiento en Europa, donde la regulación es más favorable. La compañía tiene previsto compartir más detalles sobre su estrategia y las fuentes de crecimiento alternativas que planea utilizar para compensar la incertidumbre en el sector de la energía eólica marina en Estados Unidos durante su próximo Día del Inversor, programado para el 24 de septiembre.