¿Te has preguntado alguna vez cómo afecta la política internacional a la seguridad de un país? En este caso, el Gobierno de España se encuentra ante un verdadero dilema en relación a sus compromisos de inversión militar con la OTAN.
La presión por alcanzar un gasto del 5% del PIB para 2035, una exigencia que proviene de la administración de Donald Trump, se suma a la necesidad de otros países europeos que están utilizando sus recursos comunitarios para fortalecer su defensa.
Este panorama plantea un futuro incierto para las capacidades militares españolas, especialmente con una evaluación de cumplimiento programada para 2029.
Compromisos y desafíos de España con la OTAN
La Alianza Atlántica ha establecido un calendario claro para evaluar cómo cada miembro cumple con sus obligaciones.
Si España no logra alcanzar las capacidades requeridas para el año 2029, se verá obligada a hacer un esfuerzo adicional significativo. Pero la situación se complica aún más, ya que el Primer Ministro de Bélgica y la Primera Ministra de Italia han manifestado su reticencia a aumentar el gasto militar al nivel exigido por Washington.
¿Qué pasará si España no cumple?
A lo largo de la historia, España ha sido el último país de la OTAN en alcanzar el objetivo de destinar el 2% del PIB a defensa, meta que inicialmente se había fijado para 2029.
Sin embargo, la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha acelerado esta necesidad. A pesar de ello, el Gobierno español, liderado por Pedro Sánchez, sostiene que destinar solo un 2,1% del PIB es suficiente para cumplir con las exigencias de la OTAN.
Esta postura ha generado dudas y críticas entre sus aliados, que temen que España no esté preparándose de manera adecuada frente a las amenazas híbridas que se ciernen sobre Europa.
Consecuencias de no cumplir con los objetivos de la OTAN
Si España no cumple con los objetivos de inversión militar, podría verse marcada por otros aliados dentro de la OTAN. La presión se intensificará si Sánchez insiste en que un aumento mínimo en el presupuesto es suficiente. Las preocupaciones sobre la capacidad de España para dotarse de los medios necesarios para garantizar su seguridad aumentan, especialmente en un entorno global lleno de amenazas.
La OTAN espera que sus miembros se fortalezcan, y el riesgo de que España desaproveche las fases iniciales de los programas extraordinarios anunciados desde Bruselas es alto. Estos programas están diseñados para ayudar a los gobiernos de la Unión Europea que han estado rezagados en inversión en defensa, tras haber disfrutado durante décadas de un “dividendo de la paz” gracias a la protección brindada por Estados Unidos. ¿Está España aprovechando esta oportunidad?
Reacciones y declaraciones recientes
Recientemente, los líderes europeos han instado al Ejecutivo comunitario a priorizar la industria europea en las adquisiciones conjuntas de material crítico y tecnología de defensa. Esta llamada de atención refleja la urgencia de abordar las deficiencias en la inversión militar y garantizar que Europa esté mejor preparada para cualquier eventualidad.
En este contexto, la situación de España se convierte en un tema crucial. Las decisiones que tome el Gobierno en los próximos años no solo impactarán la seguridad nacional, sino que también tendrán repercusiones significativas para la posición de España dentro de la OTAN y su relación con otros países europeos. La presión está presente y el tiempo corre… ¿Qué camino eligirá España?
