El informe titulado ‘Europa: Previsiones ante un escenario de conflicto’, elaborado por el Instituto de Ciencias del Empleo y las Relaciones Laborales (ICER), destaca la urgente necesidad de transformar el sector energético en España. ¿Por qué es tan crucial este cambio? La respuesta es clara: no solo por la inestabilidad geopolítica actual, sino también por el aumento en la demanda de profesionales altamente cualificados.
Se estima que, en un plazo de tres a cinco años, el país requerirá entre 3.900 y 5.650 nuevos expertos en diversas áreas relacionadas con energías renovables.
Retos en la formación del talento energético
El informe subraya que la transición energética exige un conjunto de competencias que aún no se han integrado de manera efectiva en los programas formativos actuales. Los perfiles más solicitados incluyen ingenieros en energías renovables, instaladores de tecnologías fotovoltaicas y eólicas, y técnicos de mantenimiento de infraestructuras renovables.
Además, hay una creciente necesidad de expertos en regulación energética y almacenamiento, así como de perfiles híbridos que combinen tecnología y sostenibilidad.
La mayor parte de esta demanda se centra en la producción de energía, con una necesidad estimada de entre 2.400 y 3.400 nuevos profesionales en este campo.
¿Te imaginas cuántos ingenieros en energía solar y eólica se necesitarán? Entre 1.500 y 2.000, además de entre 400 y 600 expertos en hidrógeno verde. Otras áreas prioritarias son la comercialización, la estrategia y el análisis, así como la sostenibilidad y el cumplimiento normativo.
ICER enfatiza que los expertos en hidrógeno verde y almacenamiento energético serán los más difíciles de encontrar, debido a su alta especialización tecnológica. Además, la demanda de analistas de datos avanzados y habilidades en blockchain está en aumento. La intersección entre sostenibilidad y comercialización también requiere ingenieros que comprendan las normativas ESG y posean habilidades comerciales.
¿No te parece sorprendente la diversidad de perfiles necesarios?
La oportunidad estratégica de España
El contexto internacional actual brinda a España una oportunidad única para posicionarse como un referente en energías limpias. Las tensiones geopolíticas y el cambio en la Administración de EE. UU. están impulsando un cambio significativo en la producción y comercialización de energía. Tecnologías como el hidrógeno verde y la digitalización de las redes de distribución son claves para esta nueva revolución energética. ¿Podría España convertirse en un líder en este ámbito?
El país está en una posición privilegiada para liderar esta transformación, gracias a su destacado papel en Europa en energías renovables, especialmente en solar y eólica. El informe prevé un crecimiento significativo en proyectos de gran escala, como nuevas instalaciones fotovoltaicas y eólicas marinas, así como la consolidación de comunidades energéticas locales.
Para facilitar esta evolución, es crucial desarrollar programas de formación especializados en digitalización, sostenibilidad y tecnologías disruptivas. La colaboración entre universidades y empresas energéticas será fundamental para crear programas de máster conjuntos que respondan a esta demanda.
Iniciativas para atraer talento y fomentar la movilidad
Para que la transición energética sea efectiva, ICER sugiere implementar políticas de incentivo que atraigan talento internacional, especialmente en áreas como el hidrógeno y tecnologías avanzadas. También es esencial considerar la adaptación de trabajadores de sectores afines, como IT y telecomunicaciones, al sector energético. Esta movilidad profesional es clave para cubrir la creciente brecha de talento. ¿Te imaginas las oportunidades que se abrirán?
Las autoridades destacan que la capacidad de anticiparse a las necesidades del mercado laboral, así como construir un modelo energético justo y resiliente, será determinante para el éxito de este proceso. En palabras del informe, “el éxito de este proceso dependerá de la capacidad de anticiparse a las necesidades de talento y de construir un modelo energético justo, resiliente y alineado con los nuevos equilibrios globales”.