En una reciente declaración, la ministra de Hacienda británica, Rachel Reeves, ha presentado los detalles del nuevo presupuesto, que incluye un aumento de impuestos de 26.000 millones de libras (aproximadamente 29.500 millones de euros). Esta medida se toma en un contexto de recortes en las proyecciones de ingresos, manteniendo la intención de no reducir el estado del bienestar.
Aunque se incrementan algunas tasas, el gobierno logra cumplir su promesa de no modificar el IRPF, la Seguridad Social ni el IVA.
La comparecencia de Reeves en la Cámara de los Comunes estuvo marcada por un intenso debate, especialmente tras las filtraciones sobre el contenido del presupuesto.
A partir de abril de 2031, los tramos del income tax se congelarán por un periodo adicional de tres años, lo que implica que durante una década no se habrán realizado cambios. Esto afectará a cerca de un millón de británicos, quienes pasarán a tramos de impuestos más altos.
Nuevos impuestos y sus implicaciones
Entre las medidas más significativas se encuentra la reducción de los beneficios fiscales a pensiones que superen las 2.000 libras y el aumento de dos puntos en los impuestos aplicables a dividendos, ahorros y ganancias de capital. Este conjunto de cambios busca equilibrar las cuentas del estado y hacer frente a la presión fiscal, que se espera alcance un récord del 38,3% sobre el PIB al final de la legislatura.
Impacto en el bienestar social
Reeves ha admitido que la congelación del IRPF impactará a la clase trabajadora, defendiendo que todos deben contribuir, aunque los más ricos lo hagan en mayor medida. Además, se introducirán nuevos impuestos sobre actividades de juegos, bebidas azucaradas y vehículos de lujo. A pesar de que algunos cambios han generado controversia, el gobierno asegura que se han tomado decisiones para proteger a los más vulnerables.
Una de las reformas más llamativas es la implementación de una tasa sobre mansiones, que afectará a menos del 1% del mercado inmobiliario. Las propiedades valoradas en más de dos millones de libras deberán pagar 2.500 libras anuales, mientras que aquellas que superen los cinco millones enfrentarán una tasa de 7.500 libras. Estas medidas son parte del enfoque del gobierno para asegurar que los más adinerados contribuyan de manera justa al sistema.
Desafíos económicos y previsiones futuras
El nuevo presupuesto también aborda las expectativas de crecimiento económico y la inflación, que han sido revisadas a la baja. Aunque se proyecta un crecimiento del 1,5% para este año, las proyecciones para los años siguientes han sido ajustadas, con un descenso a 1,4% en 2026. La inflación se espera que cierre en 3,5% para 2025, un incremento respecto a las estimaciones anteriores.
Reeves ha señalado que la reducción en las expectativas de productividad, que ha pasado de un promedio anual de 1,3% a 1%, es consecuencia directa de políticas de gobiernos anteriores, la pandemia y el Brexit. Sin embargo, enfatiza que el país no debe resignarse a estas cifras y que se requiere un cambio en el enfoque para revertir esta tendencia.
Objetivos de deuda y sostenibilidad
Un aspecto clave del discurso de Reeves fue su compromiso de comenzar a reducir la proporción de la deuda en relación al PIB durante esta legislatura. Con una deuda que asciende a 2,3 billones de libras, el pago de intereses consume ya una de cada diez libras del presupuesto. A pesar del aumento en los impuestos, la ministra ha sido criticada por no cumplir la promesa de no incrementar más las tasas.
El anuncio de este presupuesto ha tenido un efecto inmediato en los mercados; el índice FTSE 100 ha registrado un aumento del 0,6%, mientras que la libra esterlina se ha revalorizado en un 0,3% frente al dólar y el euro. A medida que el gobierno se enfrenta a crecientes desafíos, la forma en que maneje estos cambios será crucial para su éxito.