El panorama de la inversión inmobiliaria está experimentando cambios notables. Para el año 2025, se estima que el total de inversión alcanzará los 35.000 millones de euros. De esta cantidad, entre el 22% y el 24% provendrá de aportaciones de capital, que incluyen tanto las contribuciones de los promotores como el equity de los financiadores alternativos.
Por otro lado, el 76% a 78% restante será financiado a través de deuda. Esta deuda se canaliza principalmente a través de entidades bancarias e inversores alternativos, que abarcan fondos de inversión especializados en el sector inmobiliario, private equity, family offices y plataformas de crowdfunding.
Distribución de la financiación en el sector inmobiliario
Un análisis más detallado revela que entre el 9% y el 11% del total de la inversión será aportado directamente por los promotores. Mientras tanto, los financiadores alternativos contribuirán con un 30% a 32%, dividiéndose en 11% a 13% en equity y 18% a 20% en deuda.
Dentro de esta última categoría, las plataformas de crowdfunding se llevarán entre el 1% y el 3%.
La banca tradicional, por su parte, se mantendrá como el principal financiador, con una participación que oscila entre el 56% y el 58%.
Proyecciones para 2030
Sin embargo, se prevé que para el año 2030 la situación cambie notablemente. La participación de la banca disminuirá, situándose entre el 51% y el 53%, mientras que la financiación alternativa crecerá, alcanzando un 40% del total. Esto representará una inversión de entre 18.500 y 20.000 millones de euros, incluyendo 1.000 millones provenientes de crowdfunding y crowdlending.
Diego Bestard, CEO y fundador de Urbanitae, enfatiza que estas proyecciones son indicativas de un cambio hacia la financiación alternativa como un elemento clave en el nuevo ciclo de inversión en el sector. Esto no solo aportará mayor flexibilidad, sino que también actuará como un vínculo entre el capital y el crédito tradicional.
El papel de la financiación alternativa en la inversión inmobiliaria
Durante una mesa redonda, Carlos Cuatrecasas, socio en FS Consulting Strategy de KPMG en España, destacó la importancia de la financiación alternativa. Esto es especialmente relevante en áreas donde la banca tiene una presencia limitada. Incluye la adquisición de terrenos, las fases iniciales de proyectos y aquellos de mayor riesgo, así como en nuevos formatos residenciales como el flex living y senior living.
Comparativa internacional
El informe también ofrece un análisis internacional que revela que los mercados anglosajones están a la vanguardia en la diversificación del capital en el sector inmobiliario. En el Reino Unido, la financiación alternativa ya representa el 40% del total, mientras que en Estados Unidos se eleva al 50%. Esta tendencia destaca una clara diferencia respecto a Europa continental, y en especial a España, donde la banca todavía tiene un papel preponderante.
A pesar de esta dominancia, la creciente participación de fondos de deuda y otros vehículos de inversión alternativos está comenzando a cambiar la dinámica del mercado. Esto sugiere un futuro más equilibrado y diversificado en la financiación de proyectos inmobiliarios.