El sector de las bebidas espirituosas en España se ha consolidado como un pilar estratégico para la economía nacional. Según un informe reciente del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada, esta industria no solo contribuye al PIB del país, sino que también juega un papel crucial en la dinamización de las áreas rurales y en la preservación de tradiciones culturales.
El impacto de este sector es notable, con más de 3.800 centros de producción, mayormente pymes familiares, que crean empleo y mantienen oficios tradicionales.
Impacto económico del sector
Con un aporte de 7.200 millones de euros al PIB, lo que representa el 0,7% del total nacional, el sector de bebidas espirituosas genera más de 390.000 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos.
Este sector está estrechamente vinculado a la hostelería y el turismo, donde seis de cada diez consumiciones se realizan en establecimientos de ocio. ¿Sabías que la hostelería en España cuenta con 311.000 locales que emplean a 1,4 millones de personas? Esto genera un volumen de ventas de 87.816 millones de euros, equivalentes al 4,4% del PIB.
La capacidad de la industria para generar riqueza y empleo, así como su habilidad para reforzar la marca España en el extranjero, la convierten en un actor estratégico para el futuro del país.
Consumo responsable y sostenibilidad
El informe del Instituto Coordenadas también destaca la evolución hacia un consumo responsable y moderado, en línea con la cultura mediterránea.
Ocho de cada diez consumiciones ocurren durante el día, y el 94% de los consumidores lo hace de manera moderada. La creciente popularidad de los espirituosos de baja graduación y las bebidas sin alcohol refleja la tendencia hacia hábitos de consumo más saludables.
Desde 1999, el sector ha invertido más de 30 millones de euros en campañas de prevención y educación, con programas como ‘Menores ni una gota’ y ‘Los Noc-Turnos’, enfocados en evitar el consumo en colectivos de riesgo y aumentar la conciencia social.
Desafíos y oportunidades futuras
A pesar del sólido crecimiento, el sector enfrenta desafíos significativos debido a la inflación, los cambios en los hábitos de consumo y nuevas exigencias regulatorias. El Instituto enfatiza la necesidad de colaboración entre el sector público y privado para proteger a los menores sin perjudicar el empleo o la innovación. Jesús Sánchez Lambás, vicepresidente ejecutivo del Instituto, concluyó que invertir en el sector de bebidas espirituosas es apostar por un modelo que combina desarrollo económico, protección cultural, responsabilidad social y sostenibilidad, ayudando a fijar población en regiones menos pobladas de España.