La economía colombiana enfrenta un desafío significativo: la pérdida de poder adquisitivo que afecta a millones de ciudadanos. Esta situación ha forzado a muchas personas a buscar microcréditos y préstamos de consumo para cubrir sus necesidades básicas, transformando a la sociedad en una que se endeuda constantemente para sobrevivir.
Durante la última década, la desaceleración económica en Colombia ha sido evidente. La escasez de empleo formal y la disminución del ingreso per cápita han llevado a miles de familias a no poder afrontar sus gastos cotidianos ni imprevistos. Esto las impulsa a recurrir de manera frecuente a préstamos de bajo monto.
Muchos de estos créditos son otorgados por prestamistas informales, como los conocidos ‘gota a gota’, así como por entidades financieras que generan grandes ingresos a través de los microcréditos.
Efectos de los microcréditos en la economía familiar
La creciente necesidad de microcréditos en la población se debe, en parte, a la falta de capacidad de pago que enfrentan muchas familias. Las altas tasas de interés y el establecimiento de la Tasa de Usura, que supera el 25 por ciento, convierten estos préstamos en una trampa para quienes buscan alivio financiero. Según datos de la Superintendencia Financiera, la cartera bruta de microcréditos alcanza los 24,1 billones de pesos, marcando un aumento del 9,5 por ciento en comparación con el año anterior.
Implicaciones de la alta demanda de microcréditos
El incremento de los microcréditos resulta beneficioso para las instituciones bancarias, ya que aumenta sus utilidades. Sin embargo, esta situación no aborda las causas estructurales que generan la crisis económica. Lejos de ofrecer una solución, esta dependencia del endeudamiento solo agrava la situación financiera de millones de familias, atrapándolas en un ciclo de deudas.
Propuestas para mejorar la situación económica
Para enfrentar la crisis actual y el déficit de poder adquisitivo, es esencial implementar una política económica que priorice la formalización del empleo y la mejora de las condiciones salariales. Además, se requiere un sistema tributario que favorezca la redistribución de la riqueza, permitiendo así la creación de subsidios para las poblaciones más vulnerables.
El enfoque actual, que no promueve la inclusión social ni la sostenibilidad, necesita una reestructuración profunda. Es fundamental reducir el Gasto Corriente, que incluye gastos burocráticos, gastos en guerra y el pago de la deuda externa. En su lugar, se debe fomentar el desarrollo integral de la producción nacional, generando un entorno que impulse el crecimiento y la productividad.
El camino hacia la recuperación económica
La recuperación económica de Colombia no solo depende de la disponibilidad de crédito, sino de la creación de un sistema que priorice el bienestar de su población. Es vital que las políticas implementadas se orienten hacia la creación de empleo digno y la mejora de los ingresos, asegurando así un futuro más estable y próspero para todos los colombianos.